La convivencia es un compromiso de todos los ciudadanos del Área Metropolitana.

  • Sinergia para trabajar por la comunidad es lo que busca el programa de Convivencia
  • Compromiso de las autoridades municipales es fundamental para sacar adelante este programa.

El Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Carlos Mario Montoya Serna, presentó hoy ante autoridades municipales y entidades que trabajan por la sana coexistencia el Programa “ConVivencia Pura Vida”, el cual se basa en un estudio contratado por la entidad en septiembre de 2007, el cual la Junta Metropolitana de la entidad, adoptó a través del Acuerdo 33, como un “HECHO METROPOLITANO”.
 
Montoya Serna aseguró que “el diagnóstico del estudio formuló un Programa de Convivencia y Prevención de la Violencia, cuyos  proyectos son la base de esta tarea que hoy estamos presentando”.
 
Los proyectos son:

  • ​Prevención temprana de la violencia.
  • Prevención y control de la violencia doméstica.
  • Ampliación de acceso a programas de educación superior de excelencia académica para la población de menores recursos.
  • Estimulo al emprendimiento social y a las cadenas productivas barriales.
  • Estimulo a los adolescentes y jóvenes resilientes.
  • Fortalecimiento institucional para la convivencia y la seguridad.
  • Fortalecimiento de la eficacia colectiva para la convivencia y la prevención de la violencia.
  • Pactos locales para la legalidad.
  • Resocialización de jóvenes de combos y bandas.
 
Uno de los flagelos más preocupantes en todo el territorio colombiano, y por ende del Área Metropolitana, es el de la inseguridad, la cual ha venido en preocupante crecimiento, causando desasosiego y desesperanza entre la ciudadanía.
 
Pese a todos los esfuerzo, ha sido difícil disminuir el grave crecimiento de las acciones  delincuenciales y la proliferación de organizaciones criminales, diariamente se ve en las noticias las capturas y los operativos realizados por las autoridades, así como el crecimiento de la población carcelaria, lo que ha llevado a preocupante hacinamiento que no sólo causa riesgo de la proliferación de enfermedades y ocasiona un deterioro de los derechos humanos para los reclusos, sino que además, convierte los centros de reclusión en verdaderas escuelas de la actividad criminal, pues esta situación se sale de todo control para el estado.
 
Por ello, reconociendo el deber de las autoridades de prevenir el delito mediante acciones policivas y de imponer penas a los infractores de la ley penal, es necesario propender por la prevención de acciones fuera de la ley, mediante el establecimiento de una cultura sostenible de tolerancia, respeto por la diferencia  y por los derechos de los demás  y de sana convivencia.
 
El objetivo del programa de Convivencia que hoy se presenta es iniciar con la implantación de esa cultura, mediante la intervención directa y sostenida, primero en establecimientos educativos, en los cuales se interactúe con los estudiantes, con los docentes y con los padres de familia y luego se prosiga con intervención continua y sostenida en el tiempo, con líderes y grupos de todas las clases y estamentos sociales.​