Salvador Rueda: “Lo que hace ciudad, es el espacio público, que es la casa de todos”
 
El director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona expuso a técnicos y profesionales del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional y a las autoridades de Planeación de los 10 municipios de la subregión, las claves para volver más sustentable la ciudades, de manera que puedan orientar sus esfuerzos en la articulación, planificación y la gestión del territorio metropolitano en un modelo territorial más sostenible​.
 
Salvador Rueda es un ecólogo urbano, que se dedicó inicialmente a estudiar biología y psicología, sin saber que años más tarde se convertiría en una autoridad reconocida en los procesos de planificación estratégica que buscan resolver los problemas esenciales de las metrópolis. Director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, Rueda es un referente internacional por haber logrado, desde la ecología, proponer teorías y herramientas para el urbanismo y la planificación de las ciudades, que aborda los espacios urbanos, buscando potenciar los recursos, y sobre todo recuperar el uso equitativo del espacio público para el ciudadano de a pie.
 
Para ello propone un ecosistema urbano llamado “supermanzanas”. Esto significa agrupar entre 16 y 20 hectáreas para convertirlas en la unidad mínima donde se integran además de las redes de transporte, la red verde urbana que ocupa parte del espacio liberado a la movilidad de paso y todos los elementos del ordenamiento territorial. El modelo ya se ha aplicado con éxito en Barcelona en tanto que, en América Latina, ciudades como Buenos Aires y Quito han dado pasos en este sentido, empezando por el centro, con el proyecto Prioridad Peatón y, el centro histórico, con estrategias de transporte público y peatonalización de calles, respectivamente.

Rueda fue el invitado al Seminario Internacional de Urbanismo Ecológico que realizó el Área Metropolitana del Valle de Aburrá del 12 al 15 de febrero, donde también conoció los  avances en la formulación del Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial – PEMOT- que adelanta el Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional para el Área Metropolitana. Con él tuvimos la siguiente entrevista:
 
¿Qué es urbanismo ecosistémico?
Es un urbanismo que considera la ciudad como un ecosistema que tiene la intención de proyectarse hacia el futuro y resolver los grandes problemas que tenemos como humanidad. Entonces, esa base teórica de la ecología tiene un sistema de restricciones intencionales que siempre buscan cómo abordar los retos de la sostenibilidad y el hecho de entrar en una nueva era, la era de la información y el conocimiento. El urbanismo ecosistémico es una herramienta, un instrumento que permite abordar esos retos.
 
¿Cuál es el modelo de ciudad que proponen los  principios del urbanismo ecosistémico?
Son 15 principios que están ligados a un modelo urbano, que busca primero ser compacto en su morfología, por tanto hacer próximas las cosas, que busca tener una masa crítica de población y actividad para conseguir ciudades y no urbanizaciones o suburbios. Tiene un segundo eje, el de la complejidad organizativa, que nos permite competir con otros territorios, tener un número elevado y una diversidad grande de personas jurídicas, de organizaciones urbanas, y desarrollar un modelo de ciudad del conocimiento. Ahora está de moda hablar de smart cities, es decir tener un número y una diversidad de personas jurídicas suficientemente densas en conocimiento y servicios para las comunidades buscando su sostenibilidad.
 
Un tercer eje estaría ligado al metabolismo urbano, buscando siempre la eficiencia y el mínimo impacto sobre los sistemas de la tierra, y un cuarto eje busca conseguir la máxima cohesión social, es decir que podamos convivir en un mismo lugar, sin miedo, sin importar nuestra condición social.
 
Entonces, cada uno de esos ejes tiene varios principios y luego estos principios varios indicadores, con el fin de saber en qué medida estamos consiguiendo una ciudad compacta, compleja, eficiente metabólicamente y cohesionada socialmente.
 
Convivir sin miedo. ¿De qué se trata?, ¿cómo está relacionado con la planificación urbana y la seguridad?
El otro día tuve la oportunidad de leer una frase en el periódico La Vanguardia, que decía: “el principio del mal no es el dinero, es el miedo”. Lo que no puede ser que planifiquemos con base en el miedo, hay que romper esa variable construyendo una ciudad distinta para todo el mundo, empezando por los más vulnerables, en este caso también incorporando la idea de género. En la medida en que nosotros vamos construyendo grandes superficies comerciales, estamos destruyendo la ciudad, y en consecuencia estamos generando esa atmósfera de terror al espacio público que no esté vigilado. Entonces necesitamos estar siempre en una burbuja para comprar, una burbuja para movernos dentro del carro, siempre burbujas, cuando en realidad lo que nos caracteriza a los seres humanos es el carácter social. La clave es convivir y se convive con el espacio público; no generando condominios, cerrados para vivir;  lugares para comprar, cerrados;  lugares para viajar, cerrados;  la ciudad que hace eso es una ciudad con muy poca calidad de vida.

Yo lo primero que miro cuando llego a una ciudad y como estudioso de las ciudades, es si puedo usar el espacio público, no importa a qué hora del día o de la noche. En la medida en que yo lo pueda hacer, quiere decir que la calidad de vida de esa ciudad es muy elevada, en la medida en que se me van restringiendo esas posibilidades, y se me van reduciendo el número de horas, o el número de lugares, ahí es donde se reduce la calidad de vida de esa ciudad, por lo tanto lo que debemos revertir es ese proceso.

Hay dos asuntos que usted nombra, el espacio público y la cohesión social como estructuradores de las metrópolis. ¿Cuáles son las consideraciones que hay que tener en cuenta desde lo político y las instituciones para que eso tenga condiciones favorables?

Hay que tener en cuenta que lo que hace ciudad es el espacio público, que es la casa de todos. Por tanto, hay que obligarlos a que la casa de todos esté ordenada y no se utilice única y exclusivamente para el movimiento de carros. Esa es la clave,  es para los ciudadanos, no para los carros.

¿Por qué el espacio público es importante en la planificación urbana?
El espacio público es el que hace ciudad, sin espacio público no hay ciudad, puede haber urbanización pero no ciudad. El espacio público es la casa de todos y empieza a entenderse cuando tenemos en un lugar determinado una masa crítica de población y de actividad que hace que ese lugar común, esa casa de todos, entre en funcionamiento con sus contradicciones propias, con el conflicto de intereses si conviene, pero que hace que sea vivo, que sea un lugar de encuentro, un lugar para vivir la ciudad, para el desarrollo de todos los derechos del ciudadano, no solamente el de moverse.
 
¿A qué se refiere con el énfasis en la cohesión social y la necesidad de tener más instituciones?
La cohesión social quiere decir que tenemos que ser capaces de incorporar la equidad, la convivencia, como indicadores básicos y eso viene cuando somos capaces de mezclar rentas, de mezclar condiciones sociales distintas en un mismo lugar, viviendo todos juntos. Eso nos permite tener luego los servicios necesarios, los servicios básicos; nos mantiene a pesar de que las rentas sean distintas, conectando los elementos que están relacionados entre sí. La propuesta de este urbanismo es que integra de forma sistemática todas las piezas.

¿Qué debemos pedirle a las dimensiones sociales, políticas y económicas para hacer un buen ejercicio de planificación urbana?
Hoy día se han acabado los modos de abordar la realidad de manera parcial. El reto es integrar todas las piezas, para así conseguir un escenario o un modelo urbano en el que salgan ganando todos, la economía, lo social, lo ambiental. Por eso el urbanismo ecosistémico se empeña en integrarlos y en hacer una propuesta holística, en donde no importa el sector que sea, todos salgan ganando.

¿Cuál es la apuesta significativa que tiene el urbanismo ecológico y cómo se integra al Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial -PEMOT-?
Todas las piezas teóricas e instrumentales del urbanismo ecosistémico son aplicables, cien por cien, a cualquier territorio urbano, no importa su escala, porque justo parte de la idea de que son ecosistemas y que la escalabilidad nos permite atender con los mismos parámetros territorios de distinta dimensión.

De acuerdo al urbanismo ecosistémico, ¿cuáles son los retos del Área Metropolitana del Valle de Aburrá para lograr territorios sostenibles?
Es un trabajo arduo, de mucha dimensión, pero los elementos que yo destaco como más importantes, y que de alguna forma hemos coincidido en el diagnóstico del PEMOT, son los temas de movilidad. Si se resuelven estos temas, entonces tenemos la oportunidad de liberar lo que sería la matriz ecológica, la matriz medioambiental y también en buena medida todo lo que podría representar en reducción de impactos en la salud y en las variables relacionadas con el cambio climático.

La movilidad es clave, porque tiene que ver con elementos fundamentales de la economía de la región y del Área Metropolitana, sobre todo las relacionadas con la logística. El hecho de que sea un lugar de conexión entre las distintas partes del país, le da una potencia pero a la vez obliga a tener soluciones bien pensadas que no incidan negativamente sobre la población y sobre la misma ciudad. Es un proyecto que no es sencillo, porque obliga a coordinar e integrar las voluntades y las planificaciones desde muchos puntos de vista, aparte de las municipales.

¿De qué manera se conecta el urbanismo ecosistémico con los territorios saludables?
Lo que se busca siempre es que las variables de entorno, todo aquello que es fruto de la funcionalidad y del funcionamiento del sistema, no impacte negativamente sobre las personas, y eso de nuevo tiene que ver en buena medida en las áreas urbanas con el consumo de combustibles para la movilidad. El transporte es un elemento clave, porque la salud va más allá de los impactos, más allá de la ausencia de enfermedad.
 
La salud, tal como la define la Organización Mundial de la Salud, es un concepto que integra todas las variables relacionadas con el bienestar humano, donde no es lo mismo tener un espacio con mucha presión, ruido o tensión, que espacios relajados, descomprimidos, en contacto con la naturaleza,  que amplían el alma y que mejoran nuestra calidad de vida de forma sustantiva.

Si conseguimos liberar la mayor parte del espacio a la movilidad de paso, conseguimos unos niveles de calidad de aire muy elevados, disminuciones del ruido, incrementos en la seguridad y reducción de la accidentalidad, que vienen determinados por este tipo de consideraciones.

¿Cuáles son las características de una ciudad sostenible?
​Es aquella ciudad que busca la máxima calidad para las personas y que está pensada para ellas, a escala humana y busca que estén integrados todos sus miembros, no importa su condición social, económica o física. Es una ciudad que vela porque sus ciudadanos sean realmente ciudadanos.