“La encuesta es un potente instrumento de planificación del Aburrá”


Con los datos frescos que entrega la Encuesta Origen y Destino 2017, que es un estudio especializado de los cambios de la movilidad en los últimos cinco años en el Valle de Aburrá, los habitantes de la región tienen una de las principales alternativas diagnósticas para tomar decisiones frente al desarrollo territorial en materia de movilidad. La subdirectora de Movilidad del Área Metropolitana, Viviana Tobón Jaramillo, analiza los resultados que deja esta herramienta.

Así como muchas cosas han pasado en los últimos cinco años en todos los ámbitos del desarrollo metropolitano, la forma en la que ahora nos movemos para ir de un lugar a otro también ha sufrido grandes transformaciones, como quiera que el Valle de Aburrá ha crecido dramáticamente, no sólo en términos del número de habitantes y unidades residenciales, sino en la conmutación entre los distintos municipios como consecuencia de la extensión del sistema metro hacia el sur, la entrada en operación del tranvía, la mayor disponibilidad de ciclorrutas y nuevas alternativas de transporte colectivo, sin dejar de lado la creciente demanda de carros particulares. Para analizar estos nuevos tiempos, la Subdirectora de Movilidad del Área Metropolitana, Viviana Tobón Jaramillo, tiene en sus manos la más reciente encuesta Origen-Destino, que es una batería infinita y valiosa de datos sobre la forma cómo nos movemos en el Valle de Aburrá y lo que podríamos y tendríamos que hacer para seguir avanzando hacia un modelo de transporte sostenible, amable y seguro, con el peatón y los ciclistas como protagonistas de primer rango dentro de la llamada pirámide de la movilidad.

La doctora Tobón hace una mirada preliminar de los resultados de dicha encuesta y se atreve a proyectar en el mediano y largo plazo las tareas que se deben emprender para actualizar y modernizar todo el Plan Maestro de Movilidad del Valle de Aburrá, en momentos en que los actores del territorio se encuentran en la discusión y aprobación del Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial (Pemot), donde ambos deben conversar y articularse para lograr el objetivo central de tener unos Territorios Integrados y Sostenibles.


¿Cuál es la importancia de la Encuesta Origen-Destino 2017 y cómo aprovechar toda la información que de ella se desprende en términos del modelo de movilidad?

La encuesta es la materialización del ejercicio de planificación que tiene el Área Metropolitana como autoridad de movilidad, que le otorga la ley. Esta es la herramienta fundamental para dignosticar y entender cómo nos movemos en el Valle de Aburrá, de dónde a dónde, a qué horas, por qué motivos, en qué modos, y eso nos permite convertir esos resultados en el instrumento de planificación en el mediano y largo plazo, es decir, el Plan Maestro de Movilidad, que deberá ser actualizado, una vez se tengan consolidados los resultados de la encuesta. Esta es una herramienta técnica y nos permitirá calibrar el modelo de transporte y proyectar a futuro, entre otras cosas, cuáles son los corredores que se requieren, dónde hay que llevar nuevas infraestructuras o modificar las ya existentes en los términos de la movilidad sostenible y activa. Hoy tenemos mucha más información respecto de nuevos planes de ciclorrutas, senderos, espacios verdes y nuevas vías para la integración del transporte público colectivo.


¿Cómo se hará esa implementación a partir de los resultados?

Podemos decir que la encuesta y el modelo de transporte que de allí se sugiere son elementos neutros, cuyos resultados pueden ser fundamento de posiciones ideológicas, entendidas como hechos reales, porque los datos son reales y verificables para un momento determinado del Valle de Aburrá, es una foto de lo que hoy está pasando en términos de la movilidad en el territorio. La encuesta cobra relevancia cuando se pueden hacer comparaciones con estudios anteriores de tipo similar y hacer lecturas más completas de esa realidad. Ya no es una foto, sino una secuencia de imágenes, como un video, que nos acerca mucho más a las tendencias y, por ende, anticipar decisiones en torno a la movilidad dentro del territorio. Con esos datos que son neutros y objetivos, después los utilizamos para construir una política, que es una apuesta filosófica que se hace por determinado modelo de planificación. Lo que estamos haciendo en el Área Metropolitana es apostar por una transformación del modelo de movilidad, invertir la pirámide, y poner en el primer nivel de prioridades al peatón y al ciclista. Lo que llamamos una movilidad sostenible, amable y segura. Los resultados de la encuesta nos ratifican que esa es la ruta y que vamos por el camino correcto.


¿El territorio ha realizado un desarrollo de su planificación pensando en la movilidad o es la movilidad la que nos ha llevado al modelo de ocupación que tenemos?

Aunque no se podría hablar de una sola causa, podemos concluir que el modelo de ocupación del territorio, que privilegió la densidad habitacional en zonas de ladera y de dificil acceso, terminó llevándonos a la consolidación de un modelo de movilidad donde crece con intensidad el uso de los modos motorizados individuales, es decir, el carro y la motocicleta. ¿La razón? Cada vez viven más personas en zonas de ladera donde es más dificil llevar líneas de transporte masivo y el caminar o utilizar la bicicleta representa un esfuerzo o incomodidad mayor.  Es indiscutible que este modelo de movilidad se consolidó en buena parte de las ciudades del mundo como consecuencia del crecimiento económico de los países, el desarrollo de la industria automotriz, e incluso, lo aspiracional que resulta para las personas la tenencia de un vehículo. Pero en el caso del Aburrá, la forma cómo habitamos y ocupamos el territorio nos llevó a intensificar el problema.


¿Cuáles son las decisiones que tenemos que tomar ya para que esa evaluación que se haga dentro de veinte años no sea deficitaria, tal como parece ocurre hoy?

Hemos avanzado y aún tenemos mucho por hacer. Es necesario adaptar el territorio a una nueva visión donde se redistribuye el espacio y se priorizan los recursos hacia los modos de transporte más eficientes en el uso del espacio y con menos impacto ambiental. En ese sentido, es importante lo que venimos haciendo en la Línea 3 de nuestro Plan de Gestión Terriotrios Integrados 2016-2019, al construir 120 Kilómetros de corredores de movilidad activa y al expandir nuestro Sistema de Bicicletas Públicas. Ratificamos la ruta trazada en la modernización del transporte público colectivo y su integración con el Sistema Integrado de Transporte Público del Valle de Aburrá – SITVA, pero en los próximos años debemos ser más audaces en la inversión en nuevos corredores de transporte de media y alta capacidad que hagan del transporte público un modo capaz de competir con el transporte privado.


Usted ha dicho que somos bastante monocéntricos y que las rutas siguen iguales desde hace cincuenta años, ¿qué hacer para cambiar eso?

Es parte de uno de los rezagos en materia de planificación del transporte público. Hace 50 años toda la actividad económica de la ciudad de Medellín y se relación con los demás municipios pasaba por todo lo que sucedía en el centro de la ciudad, por ello, prácticamente  todas las rutas de transporte público llegaban al centro. Décadas despues, cuando han florecido nuevas centralidades y han cambiado las relaciones de movilidad entre los barrios de Medellín y los demás municipios del Área Metropolitana, seguimos operando el transporte en esa dinámica monocéntrica y los usuarios deben adaptar su viaje a los recorridos existentes. Una persona que vive en Robledo debe pasar por el centro de la ciudad para ir a Belén o al Poblado.  Este fenómeno se evidencia en el tablero de visualización de la encuesta, porque podemos analizar datos en etapas de viaje, en orígenes y destinos. Y esa será un debate en el corto plazo, reorganizar el transporte en el centro no consiste en impedir el ingreso de los buses, sino reestructurar las dinámicas y reconfigurar la estructura de rutas de la ciudad para que responsan a las necesidades de movilidad de los habitantes del Valle de Aburrá, actualmente.


¿Cómo es el impacto que debe tener la unificación del recaudo con la Tarjeta Cívica como medio de recaudo?

Es muy importante porque la Cívica es una herramienta que nos está permitiendo unir los dos sistemas que hasta hace algunos años se creian antagónicos. Hoy la Tarjeta Cívica es una excusa para vencer la tradicional barrera que se tejía entre el sistema Metro y el transporte tradicional, y nos demuestra que tener un sistema de transporte integrado redunda en mayor cobertura y accesibilidad  para todos los habitantes del territorio metropolitano. El sistema de recaudo centralizado es, además, una herramienta fundamental en la modernización de los prestadores del servicio y sienta la bases para la construcción de una política tarifaria que nos ayude a vencer las inequidades propias de un modelo de ocupación que lleva a que las personas que más lejos viven sean las que más gastan en transporte público.


¿Cuál es el papel de EnCicla?

Aunque parezca menor en términos porcentuales, los viajes en bicicleta crecieron significativamente desde la encuesta pasada, se duplicaron, para mayor precisión. Como territorio hemos hecho muchas cosas en estos últimos 7 años, la sociedad civil se organizó a través de la Mesa Metropolitana de la Bicicleta para trabajar por políticas cicloinclusiva, desde lo público hemos ampliado la red de ciclorrutas, hemos empezado a hablar de promoción de la movilidad sostenible y, sobre todo, hemos llevado a EnCicla a ser el gran protagonista del cambio cultural en torno a la bicicleta como modo de transporte. Son 63.000 usuarios activos y 12.000 viajes que hace 7 años no existían.


¿Cuál sería la gran decisión que tomaría para mejorar la movilidad?

Me gustaría ver al Área invirtiendo en nuevos corredores de transporte público. Que alguna de las grandes inversiones fuera una línea de cable o un corredor de transporte masivo. Ver esto en la historia del Área afirmaría la ruta de la coherencia y sería una apuesta decidida por la transformación de un modelo de movilidad.