Entre los datos relevantes que entregó la Encuesta Origen y Destino 2017 está que los viajes en bicicleta subieron de un 0,7% al 1% en la región metropolitana. Este avance en dentro del componente de la movilidad activa es el primer escalón en la ruta trazada por el Plan Maestro Metropolitano de la Bicicleta, que para 2030 tiene como meta que el 10% de los recorridos se hagan en este medio de transporte.

Para Viviana Tobón, subdirectora de Movilidad del Área Metropolitana, este crecimiento es muy importante y uno de los grandes responsables del mismo es el sistema de bicicletas públicas EnCicla, “pero no es la única solución. Esto es un conjunto de herramientas que nos pueden ayudar a buscar alternativas integradas para que aumenten los viajes”.

Si bien EnCicla es el primer paso para comenzar a andar en bicicleta diariamente para muchos ciudadanos metropolitanos, quienes usan las bicicletas particulares para ir a sus trabajos o para su estudio creen que la combinación de factores como seguridad, educación y cicloinfraestructura son los pilares que deben fortalecerse para que la cantidad de viajes aumente y se llegue a esa meta trazada a 2030.

“Son varias las razones por las cuales se dio ese incremento que refleja la Encuesta Origen y Destino. La gente se está dando cuenta de la posibilidad de la bicicleta como vehículo, de que no solo es para deporte o recreación. Es poco que en cinco años haya crecido un 0,3%, pero creo que hay miedo entre los ciclistas de ser arrollados por un automotor. Pero, el que haya crecido y no decrecido da cuenta de que el sistema EnCicla y la gestión que se hace desde el Área Metropolitana facilita que mucha más gente las use. También el trabajo que hacemos los colectivos de presión política, educación y recreación son importantes”, expresa Mauricio Mesa, representante del colectivo ciudadano SiClas.

Para Fabián Tamayo, del colectivo Ciclo Vida de Itagüí, este crecimiento de los viajes en el Valle de Aburrá es un porcentaje pequeño, si se compara con los estándares de grandes ciudades del mundo, pero es indicativo de que el uso de la bicicleta se masifica en la región.

“Creo que para que esto crezca hay que seguir cumpliendo las metas del Plan Maestro Metropolitano de la Bicicleta para elevar ese 1% a la meta del 10%. Lo otro es que hay que fortalecer la cultura ciudadana frente al uso de transporte limpios y no contaminantes con el medio ambiente”, comenta Tamayo. 

Otros usuarios de la bicicleta en el Valle de Aburrá el aumento de los viajes es ligado a los procesos que se han venido realizando en los últimos años en el territorio. Esto como resultado de el crecimiento de EnCicla, que va más allá de lo ocurrido en la ciudad núcleo y la promoción de este vehículo como medio de transporte.

“Hay una brecha muy grande para poder alcanzar esa meta que se tiene a 2030. Creo que hay que incrementar los procesos de expansión del sistema de bicicletas públicas, pero no solo en Medellín, sino en los demás municipios. Esto ya comenzó, pero debe ser más fuerte en todas las poblaciones del Valle de Aburrá. Hay un alto porcentaje de usuarios de la bicicleta particular del norte hacia Medellín y en ese caso a ellos se les debe mejorar la seguridad en los desplazamientos. Un caso patente es a la hora de cruzar el nuevo puente de la Madre Laura, que es complicado. A esto debería sumarse que se debe garantizar esa misma seguridad para los ciclistas en vías como la Regional o la Autopista”, dice Sebastián Mattos, representante del colectivo Bellocicleta.

Desde otros espacios como la Fundación CicloCity aseguran que la tendencia a que aumenten los viajes en bicicleta es una constante y se deben dar las condiciones necesarias para que esta forma de contemplar la movilidad siga en un rito ascendente.

“La gente se siente segura en las ciclorrutas. Doy talleres en las empresas y para muchas personas el no ir por estos lugares en bicicleta les parece imposible. De ahí que hay que mejorar las condiciones en las vías. Creo que ahora ha mejorado el tema en las calles, pero todavía falta mejorar para que se convierta en una alternativa masiva para movilizarse”, asegura Margarita Ospina, representante de la Fundación CicloCity.

Entre las acciones que destacan los colectivos de ciclistas, para aumentar el porcentaje de viajes en bicicleta en el territorio metropolitano, está que se deben dar condiciones de conectividad de norte a sur en trayectos lineales y que no toque cruzar varias veces el río por puentes que no son amigables para las personas que usan las bicicletas para poder tener trayectos más seguros.

“Además, creo que hay que invertir en promoción y cultura. Son insuficientes las campañas de protección al peatón y al ciclista. Son pocas y lo poco que se hace no se ve. Además, hay que tener control sobre el parque automotor y los comportamientos de quienes conducen. En la media ladera no manda nadie en cuestión de tráfico. Los guardas de tránsito son muy pocos. Los ciclistas parecemos transparentes a los guardas de tránsito. Un ciclista puede cometer cualquier tipo de infracción y los guardas no lo ven porque están saturados de trabajo, las motos son invasivas y el tráfico automotor manda la parada”, agrega Mesa.