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Pasamos de ser una entidad funcional a una entidad gestora del desarrollo sostenible.

Eugenio Prieto Soto
Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá

Hemos venido trabajando en 20 puntos para llegar a un modelo sistémico que gerencie el tema del aire en el Valle del Aburrá. Y dentro de ese modelo entendemos que hay que mitigar y disminuir los niveles de contaminación, pero también de migrar a un modelo bajo en emisiones y bajo en carbono.

Es un punto de inflexión que la Junta metropolitana esté tomando decisiones en forma concertada y con el liderazgo del Alcalde de Medellín, con dos ejes fundamentales que han guiado nuestro accionar: el ser humano y su bienestar en el centro y el conocimiento técnico y científico como instrumentos en la toma de esas decisiones sobre la salud humana y ambiental del territorio.

La gobernanza del aire que hemos estado construyendo busca que el territorio tenga un modelo sistémico y armónico que va más allá de los períodos de gobierno y lo convierte en un asunto de sociedad, porque en temas como los del aire todos somos corresponsables con su protección y de ahí la importancia de generar conciencia colectiva sobre la forma en que nos movilizamos, lo que consumimos, lo que generamos, lo que destruimos en la cotidianidad y en la satisfacción de nuestros propias necesidades. He repetido en muchas ocasiones que es necesario cambiar los hábitos de satisfacción por hábitos de sostenibilidad.

Esa gobernanza, que no es otra cosa que el diálogo con todos los actores del territorio, tiene unos instrumentos y es así como resaltamos la importancia del Pacto por la Calidad del Aire que ha liderado el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, porque contiene una batería de medidas y decisiones que operan de forma permanente y de inmediato en casi un centenar de empresas y grupos industriales en busca de mejorar la emisión de gases contaminantes.

Ese Pacto fue el primer gran detonante del Plan Integral de Gestión de la Calidad del Aire (PIGECA), que nosotros llamamos la “dieta del territorio”. Así como el PIGECA responde a ese modelo sistémico y de gobernanza del aire en el Valle de Aburrá, el Pacto complementa la participación decidida del Gobierno nacional.

No es un asunto menor tener en la misma mesa, trabajando unidos, al Procurador General de la Nación, al Presidente de Ecopetrol, a los Ministros de Ambiente y de Minas, a la academia y a los distintas organizaciones sociales en torno a la calidad de los combustibles que se utilizan, no sólo en el Valle de Aburrá, sino en las otras ciudades del país donde la problemática de la contaminación es evidente.

Haber sistematizado no sólo la problemática, sino la ruta para resolverla, nos ha permitido ser un punto de referencia nacional e internacional en torno a la calidad del aire y el hecho de que a este Valle de Aburrá estén llegando combustibles con menos concentración de azufre representa un compromiso con todo el país. Valoramos enormemente que Ecopetrol, en tiempo récord, nos esté entregando un diésel de calidad mundial y a la altura del que se produce en los Estados Unidos. Debemos avanzar en ello, pero sobre todo asegurar que la calidad de la gasolina también mejore.

Somos conscientes de que mejorar la calidad de los combustibles no es suficiente y es por eso que como Área Metropolitana estamos implementando otra serie de medidas y programas que mejoren la calidad del aire. Hace tres años, el déficit de árboles en todo el territorio metropolitano era de 700 mil árboles, pero al finalizar 2018 vamos a superar esa cifra con nuevos individuos sembrados y alcanzaremos el millón de árboles sembrados en los 10 municipios.

La renovación y conversión vehicular es otro asunto trascendental y ya trabajamos en un ambicioso plan para sacar de circulación no menos de 3.500 vehículos altamente contaminantes, en especial en el sector de las volquetas y los camiones. La inversión en tecnología limpia y de autos eléctricos será cada vez más significativa y Medellín, por ejemplo, ya ha renovado más del 50 por ciento de su flota vehicular de camiones y volquetas. Acompañamos la meta del alcalde Federico Gutiérrez de convertir a Medellín en la capital de la movilidad eléctrica de América Latina y que sus calles estén libres de gases contaminantes en 2030, tal como se acordó con C40.

Estos retos son los que nos permiten estar en renovación permanente y nuestra apuesta es por consolidar un modelo de desarrollo con equidad humana y territorial.

"Acompañamos la meta del alcalde Federico Gutiérrez de convertir a Medellín en la capital de la movilidad eléctrica de América Latina”.