Sector Construcción, clave para una región más sostenible


En el Valle de Aburrá hay empresas como Conesco y Arquitectura y Concreto que con acciones decididas aplican el concepto de    economía circular y logran réditos en sus procesos productivos y a la vez son amigables con el medio ambiente. Aprovechar los residuos de la construcción y la demolición con ingenio e innovación es una de las enseñanzas que dejan estas compañías     y que hoy son ejemplo para la región y el país.


Uno de los eslabones más importantes en el aprovechamiento de residuos sólidos está en las empresas del sector de la construcción. Es por eso que todos los esfuerzos que se realicen por parte de estas compañías redundan en un medio ambiente más sano y, por ende, en una mejor calidad de vida para los habitantes del territorio metropolitano.

Desde hace algunos años hay empresas que en el Valle de Aburrá que se destacan por sus procesos en el aprovechamiento de residuos de la construcción y la demolición porque han implementado ingeniosos procesos para convertir estos desechos en materias primas reutilizables o reciclables. Esto, a la postre, hace que se requiera sacar menos material de las escombreras, menos vehículos para el transporte y menos emisiones al medio ambiente.  

Una de las compañías que se destaca en la región es Conesco, que implementó diferentes procesos para aprovechar los residuos de la construcción y demolición. De este modo hacen un uso eficiente de los recursos naturales y ofrecen soluciones en el territorio.

“La responsabilidad social empresarial está en nuestro ADN. A partir de escombros, residuos de construcción y demolición producimos materias primas y agregados para ser reincorporados en la construcción y facilitamos el cumplimiento de la normatividad ambiental. Este año fuimos galardonados con el Premio Nacional a la Responsabilidad Social Empresarial otorgado por Camacol”, sostiene Slendy Díaz Méndez, gerente de Conesco.

 La empresa permite completar el ciclo sostenible de los materiales de construcción, y de este modo, mitigar el impacto ambiental de la explotación para extracción de materias primas y dar cumplimiento a la normativa vigente. Este aprovechamiento prolonga la vida útil de las minas, escombreras y rellenos sanitarios aportando una solución a la escasez de agregados en la región. Así fomenta la economía circular y ofrece soluciones de fácil implementación al constructor y a los generadores de los residuos de construcción.

La empresa realiza todo el proceso de clasificación, separación y aprovechamiento para producir ecoagregados a partir de los residuos de construcción y demolición. Éstos se reintegran a la cadena productiva como materiales de construcción sostenible y de este modo aplican el concepto de economía circular.

Además cuentan con la primera planta de aprovechamiento con todo el proceso tecnificado, lo que le permite a la empresa producir agregados de alta calidad en conformidad con las normas técnicas. Estos agregados cuentan con una huella de carbono más baja.

Y en ese sentido, cada tonelada de ecoagregado que procesa Conesco implica una tonelada evitada de explotación minera y 92% menos emisiones de CO2 al medioambiente en  el Valle de Aburrá.
“Teniendo en cuenta el marco normativo nacional, facilitamos el cumplimiento de la meta de aprovechamiento establecida en la Resolución 472 de 2017. Además, trabajamos para reintegrar las materias primas para la construcción haciendo un cierre al ciclo sostenible de los materiales, mitigando el impacto ambiental de la construcción”, agrega Díaz.


Otro ejemplo a seguir

En el caso de Arquitectura y Concreto, esta compañía es pionera en el país en la recuperación e implementación de los residuos de construcción y demolición en sus obras. Básicamente lo que hace la empresa es mirar en qué actividades de sus obras pueden darle uso y así no tener que llevarlos a escombreras o botaderos para este tipo de material.

Mucho antes de que se anunciara la Resolución 472 de 2017, Arquitectura y Concreto ya venía trabajando en el tema. Cuentan para este proceso con un aliado estratégico que es la empresa SC Recyling, con base en Itagüí, a la que le entregan el polietileno usado en las construcciones y ellos lo devuelven como madera plástica para volver a utilizarlo en las diferentes obras.

El proceso es sencillo. En las obras se usa mucho el plástico para proteger los acabados, los pisos y tapar los agregados. Además, muchos productos como la baldosa o partes de grifería llegan envueltos en este material. Lo que hacen es separarlo muy bien, limpiarlo de otros materiales como trazas de concreto y compactarlo. De ahí, en un proceso que realiza CS Recycling, es devuelto como madera plástica que Arquitectura y Concreto lo usa en los provisionales de obra y en pisos para las diferentes secciones de la construcción, que luego se retiran.

“Esta alianza, que lleva unos dos años, es muy importante. Estamos recogiendo el plástico de todas las obras y se lo entregamos a SC Recycling. Este es un mundo de posibilidades. Por un lado está el tema de los agregados, que hay muchas empresas que los reintegran. Por el otro está el del plástico y el cartón, que también entra en ese circuito para ser aprovechado. Otro es el residuo de madera, que en este momento es otro de los muy importantes que usamos como abono para los árboles después de triturarlo muy bien. Tenemos varios aliados para estos procesos. Lo importante es tener buenas ideas para saber qué hacer con estos materiales”, dice Sebastián Arango, supervisor Ambiental de Arquitectura y Concreto.

En las obras también se hace una separación selectiva de los residuos cerámicos y los de concreto. Los cerámicos, que usualmente vienen de mampostería, y los de concreto son más usuales en las demoliciones. Después de separarlos se hace una conminución con trituradoras para después clasificarlos por tamaños. Esto se realiza bajo las normas técnicas nacionales.

“Lo que hacemos con estos residuos es hacer dosificaciones para vaciar concreto. Nos basamos en la norma NTC 174, que nos dicta las especificaciones que deben tener esos agregados para poder cumplir con los mismos. Luego de la conminución clasificamos para tener dos tamaños de malla. Y de ahí sale el agregado grueso y el agregado fino. Después medimos densidad, granulación y a partir de esa caracterización física sabemos cuánto podemos vaciar en la misma obra. Todo esto para aplicaciones no estructurales. De ahí que el ciclo vuelve y se repite. Así lo hacemos en todas las construcciones, en lo que se refiere a escombros”, asegura Laura Palacio, ingeniera de Materiales del área de Investigación de Arquitectura y Concreto.   

Otro punto destacado es que la compañía tiene Plan de Manejo Ambiental para cada una de las obras en las que trabaja. Además, de un ingeniero residente ambiental también para cada una de ellas. Según Arango, que haya solo un profesional dedicado al tema ambiental por obra es muy importante para seguir al pie de la letra y hacer cumplir las normas.

Con estas iniciativas se avanza en la aplicación de conceptos de vanguardia como la economía circular dentro de la construcción sostenible en el Valle de Aburrá para lograr mejorar el medio ambiente y que con estas acciones se contribuya a una mejor calidad de vida de los ciudadanos metropolitanos.

Las ventajas del proceso
Conesco, mediante el aprovechamiento de residuos de la construcción y la demolición hace un cierre al ciclo sostenible de materiales para construcción para promover la economía circular. Además, logra:

  • Disminuimos la generación de residuos.
  • Disminuimos la explotación minera.
  • Proteger el paisaje y el suelo como recurso no renovable.
  • Reduce la huella de carbono de la construcción.
  • Fortalece la Responsabilidad Social Empresarial de sus clientes.
  • Promueve los gestores legales para minimizar la disposición ilegal.
  • Garantiza la trazabilidad del residuo para mitigar la disposición ilegal.
  • Aprovecha los residuos para hacer uso eficiente de los recursos naturales y aplicar prácticas sostenibles.
  • Capacita en sostenibilidad y manejo adecuado de residuos.
  • Trabaja en equipo con la empresa Sinesco para hacer la gestión integral de residuos y promover el reciclaje y separación desde la fuente.