El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, como esquema asociativo, ha demostrado en sus 36 años la fortaleza de trabajar unidos por el desarrollo sostenible.

Quienes hemos defendido e impulsado los procesos de descentralización como herramientas de equidad humana y territorial, y propuesto la asociatividad como la nueva ruta del desarrollo en nuestro país, resulta de la mayor trascendencia haber logrado la incorporación de Envigado a nuestra Área Metropolitana del Valle de Aburrá, hace ya casi un año. 

Haber completado el mapa con los 10 municipios de esta metrópoli significa que ahora estamos juntos, trabajando de forma articulada a través del diálogo y en consenso entre todos los actores del territorio. El posconflicto se convierte en una oportunidad para trabajar en la consolidación de la paz territorial.

Con Envigado en el Área Metropolitano avanzamos en la tarea de hacer realidad la descentralización política, fiscal y administrativa como instrumento para reducir las desigualdades y las inequidades en los territorios y avanzar definitivamente en la búsqueda de un diálogo que rompa las asimetrías entre el centro y la periferia de nuestros territorios. 

Hoy más que nunca, estamos convencidos de que este Valle de Aburrá no hubiera sido lo que es hoy sin haber tomado la decisión de juntarse en un esquema asociativo como son las áreas metropolitanas. Poco más de 36 años de existencia como entidad nos permiten asegurar que el camino de la nueva agenda urbana pasa por la consolidación de esquemas asociativos territoriales que permitan acabar la dicotomía entre la soberbia del centralismo y la desidia de las autonomías locales. 

Envigado no sólo ha llegado al Área Metropolitana para aportar nuevos recursos, sino como protagonista de primera línea en la construcción colectiva de este territorio y como directo responsable del futuro que nos proponemos alcanzar a través de la articulación y el diálogo permanente con las instituciones del Gobierno central, del Departamento, de los municipios, de la academia, los empresarios, los líderes sociales y de la ciudadanía. 

Los retos que hoy enfrentamos en las grandes ciudades exigen respuestas de mucha mayor proporción a las que cada uno por su lado podría dar. Las fronteras territoriales desaparecieron hace rato ante los fenómenos sociales que se desprenden de la globalización y de la concentración de las personas en los grandes centros urbanos. Hoy se hace necesario replantear la forma en que habitamos los territorios y, sobre todo, encontrar respuestas a la pregunta de ¿Hacia dónde vamos? 

Como Área Metropolitana, que agrupa a 10 municipios, tenemos la responsabilidad y el deber ético de ayudar a encontrar esas respuestas en el corto, mediano y largo plazo. Ya lo estamos haciendo y el ingreso de Envigado al Área es una de esas victorias tempranas en la misión de integrar nuestros territorios. 

Sin duda nos faltan muchas cosas, pero no tantas como para no respaldar y acompañar el proceso de asociatividad que se viene dando en el Departamento de Antioquia. En Desarrollo de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT) que se aprobó en 2011, después de más de 20 años de intentos fallidos, esta región le apuesta a la consolidación de los esquemas asociativos territoriales y prueba de ello es la creación de la primera provincia administrativa de planificación, no sólo de Antioquia, sino de Colombia, al tenor de la Ley 1454 de 2011 (LOOT). Es la provincia de Cartama, que agrupa a 11 municipios del Suroeste antioqueño. 

Como Área Metropolitana, que hemos validado las ventajas de ser un esquema asociativo territorial, vemos en las provincias administrativas de planificación (PAP) y en las regiones administrativas de planificación (RAP), más que una competencia por los recursos, un invaluable instrumento de complementariedad y fortalecimiento institucional en el desarrollo con equidad humana y territorial.

Los territorios no se reordenan sólo a través de decisiones políticas, sino, y sobre todo, a través de la articulación y la suma de voluntades de todos los ámbitos de la vida humana y es por eso por lo que creemos que la nueva ruta del desarrollo en la era del posconflicto, o del posacuerdo, está marcada por la asociatividad de los territorios. De ahí la trascendencia y la inmensa responsabilidad que nos convoca la aceptación de la propuesta que le hicimos a ONU-Hábitat de conformar la Red de Esquemas Asociativos Territoriales en Colombia como herramienta para la planeación y el desarrollo con criterios de sostenibilidad con equidad.

Eugenio Prieto Soto

Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá