El exPresidente de los Estados Unidos, Barack Obama, tiene razón cuando asegura que somos la primera generación en sufrir el cambio climático y la última que tiene la oportunidad de revertirlo. ¿Estamos dispuestos a hacerlo?

Barack Obama, el exPresidente de los Estados Unidos, uno de los países más contaminantes del mundo, dijo recientemente que “somos la primera generación en experimentar los efectos del cambio climático y la última que tiene la oportunidad de revertirlos”. 

La Organización Metereológica Mundial acaba de publicar su informe anual y asegura que la generación de gas carbónico en la atmósfera alcanzó niveles históricos y su concentración hoy es de 403 partes por millón (ppm), superando los registrados en 2015, cuando llegaron a 400 ppm, debido a fenómenos asociados al cambio climático. 

Ni Obama ni la Organización Metereológica Mundial estaban hablando de este Valle de Aburrá, pero ambas afirmaciones tienen estrecha relación con lo que sucede en este territorio metropolitano, un cañón estrecho y montañoso, con variabilidad climática y condiciones atmosféricas que no se dan en otras latitudes, ni de Colombia ni del Continente. Somos el valle más grande del país y el más pequeño de América Latina, con siete kilómetros de extensión y un kilómetro de profundidad en su parte más estrecha. 

De los poco más de 63 mil kilómetros cuadrados que ocupa el Departamento, el Valle de Aburrá se extiende a lo largo de 1.163 kms2, pero aquí viven no menos de cuatro millones de habitantes, de los poco más de seis millones que tiene Antioquia. El Valle de Aburrá sólo produce el tres por ciento de los alimentos que consume y no menos del 70 por ciento de la energía que demanda se genera por fuera de la región metropolitana. Se estima que en 2050 llegaron a este valle no menos de un millón 800 mil nuevos habitantes y que el cambio climático aumentará en no menos del 40 por ciento los fenómenos asociados a fuertes lluvias y prolongadas sequías, según el informe de Ciudades del Departamento Nacional de Planeación (DNP).

Si semejante panorama se da en una región conurbada, cuyo principal problema es “el bajo nivel de articulación y de integración de lo público, lo privado lo social, la academia y la ciudadanía alrededor del desarrollo urbano integral, la equidad y la sostenibilidad”, nuestra respuesta tiene que ser en revertir dicha problemática. 

Y así lo estamos haciendo. Con el liderazgo del alcalde de Medellín y presidente de la Junta Metropolitana, Federico Gutiérrez, la primera decisión fue acompañar a Envigado en su decisión de integrarse al Área Metropolitana y formular con el resto de los nueve municipios que la conforman nuestro Plan de Gestión Territorios Integrados. El verbo rector ha sido el de articular, articular y articular, con el diálogo y la concertación como instrumentos de la planeación con equidad humana y territorial. 

Ese diálogo con todos los actores en el territorio ha tenido soporte en el valioso conocimiento acumulado en décadas anteriores, pero que no ha tenido continuidad por múltiples razones. 

En esta construcción colectiva es necesario preguntarnos ¿Qué territorio queremos? No es sostenible mantener y asegurar nuestro futuro en un modelo de ocupación como el que hemos tenido durante décadas. De ahí que sea urgente responder de paso ¿De dónde venimos? ¿Dónde estamos? Y ¿Hacia dónde vamos?

Hemos logrado construir entre todos un Plan Integral de Gestión por la Calidad del Aire para enfrentar desde ya la contaminación atmosférica y sus efectos sobre la salud, y somos el único esquema asociativo territorial del país que está en el proceso de formulación de un Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial (PEMOT) como herramienta fundamental en la articulación del desarrollo. 

Siendo el Área un esquema asociativo territorial que ha demostrado su fortaleza en 36 años de existencia, no podemos menos que acompañar al Departamento y al país en la promoción y consolidación de las Provincias Administrativas y de Planificación (PAP) como instrumentos valiosos en la definición de nuevos modelos de ocupación con visión compartida de futuro y herramientas eficaces en pro de la sostenibilidad y la supervivencia. Tal vez no tengamos otra oportunidad.

Eugenio Prieto Soto

Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá