El Plan de Ordenamiento Territorial, aprobado por el Concejo de Medellín en 2014, dejó sentadas las bases para desarrollar un nuevo modelo de movilidad sostenible en la ciudad núcleo, pero que se ha hecho extensivo al resto de la aglomeración metropolitana, a través de los POT locales.

Ese modelo invirtió la pirámide de la movilidad y puso al peatón y a los usuarios de las bicicletas en la cúspide de las prioridades, entendiendo la importancia de fortalecer toda la integración del transporte público de pasajeros hacia un sistema multimodal, en el que se conecta el metro con el metroplús, con el tranvía, los metrocables y las rutas alimentadoras.

La visión de los Territorios Integrados que se plasmó en el Plan de Gestión del Área Metropolitana tiene en la movilidad sostenible un elemento fundamental para asegurar la equidad humana y territorial en el Valle de Aburrá.

Y esa equidad pasa por la implementación no sólo de una tarifa única en el sistema masivo de transporte, sino por la construcción de nuevas ciclorrutas y senderos peatonales que fomenten la movilidad activa en los 10 municipios que hacen parte del territorio metropolitano.

Es así como seguimos avanzando en el proyecto metropolitano de construir 120 nuevos kilómetros de ciclocaminabilidad, es decir, ofrecer a los ciudadanos corredores donde coexisten los peatones y las bicicletas.

De sur a norte, el Aburrá está en obra y al finalizar 2019, los 10 municipios quedarán integrados en su sistema de movilidad activa con más de 150 estaciones del programa EnCicla, 300 cicloparqueaderos, y 3.000 bicicletas públicas disponibles, con inversiones que en los últimos tres años superan los 46 mil millones de pesos.

Estamos y seguiremos empeñados en cambiar hábitos de satisfacción por hábitos de sostenibilidad y nos reconforta saber que cada vez hay más gente y empresas comprometidas con la movilidad activa. Los planes de Movilidad Empresarial Sostenible (MES) ya fueron adoptados por cerca de 380 organizaciones, con cerca de 328 mil empleados involucrados en el uso compartido de sus carros, viajando en bicicleta, o llegando a sus trabajos después de caminar la última milla que los separa del sistema masivo de transporte público.

Los resultados arrojados en la última Encuesta Origen-Destino 2017, contratada por el Área Metropolitana, han sido fundamentales para la toma de decisiones en materia de movilidad activa, porque nos permitieron conocer cómo se mueven los ciudadanos en el territorio. El 27 por ciento de los viajes, por ejemplo, se hacen a pie y va en aumento el número de personas que usan la bicicleta para desplazarse.

De hecho, el programa EnCicla viene registrando incrementos significativos en la demanda de bicicletas y el promedio de usuarios pasó de 11 mil a 16 mil diarios en los últimos meses. No sólo hemos ampliado los horarios de servicio en las estaciones, sino que avanzamos en la conectividad entre corredores de las universidades Nacional y de Antioquia, mientras muchas más empresas expresan se vinculan a los planes de movilidad empresarial y ofrecen financiar la construcción de nuevas estaciones de bicicletas públicas.

Nuestra ciudad núcleo, Medellín, ha construido cientos de miles de nuevos metros cuadrados de espacio público y ya fueron dados al servicio algunos de los 30 corredores verdes a los que se comprometió el alcalde Federico Gutiérrez.

El Área, por su parte, exigió que todos los proyectos de conectividad vial que se ejecutan en los 10 municipios deben incluir un número mínimo de kilómetros para senderos de ciclocaminabilidad y en ellos se sembrarán distintas especies arbóreas, con el fin de crear bancos de biodiversidad a lo largo y ancho del Valle de Aburrá.

Estamos comprometidos con la visión de largo plazo, pero damos pasos todos los días para asegurarnos que este territorio avance hacia la consolidación de un nuevo modelo de ocupación, en el que el ser humano esté en el centro de las decisiones y las transformaciones. Esa ha sido nuestra apuesta por integrar el territorio.