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La quema de grandes cantidades de pólvora en el Valle de Aburrá durante la noche del pasado 30 de noviembre y la madrugada del primer día de diciembre, en lo que se conoce como la alborada, dejó dos personas lesionadas, según reportes de las autoridades, e impactó negativamente en la fauna silvestre y los seres sintientes de compañía en la región. 

Además, generó una importante cantidad de material particulado en el territorio, que posicionó el evento de 2018 como uno de los que más ha afectado la calidad del aire en la región metropolitana en los últimos años, según el registro histórico de PM 2.5 de la red de monitoreo de Calidad del Aire.

Según el reporte del Sistema de Alerta de Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (Siata). las altas concentraciones de material particulado que generó la quema de pólvora durante la alborada aumentaron la categoría del ICA en dos de las estaciones de la red de monitoreo de calidad del aire a dañino para grupos sensibles durante varias horas del primero de diciembre.

Dicha afectación sienta un precedente en la calidad del aire de la región durante 2018, pues desde el mes de abril el ICA de las estaciones del Valle de Aburrá oscila entre Bueno y Moderado en un 99% de las ocasiones. según se informó desde el Siata. Según el reporte de la Red monitoreo de Calidad del aire del Valle de Aburrá, la estación Ciro Mendía, que monitorea la zona de Aranjuez, fue la más afectada por la quema de pólvora con respecto a la calidad del aire con un pico de 127 ug/m3.