El Departamento Nacional de Planeación (DNP) lanzó hace ya casi dos años la misión técnica de Crecimiento Verde. Para la mayoría de los lectores, lo verde es un concepto difuso que tiene que ver con la conservación del medioambiente. Sin embargo, en este caso, este concepto es explícito e interesante.

El crecimiento verde (CV) le apunta a lograr una armonía entre las metas de crecimiento y mejora del bienestar social y económico, con la preservación del capital natural, redundando en la sostenibilidad en el largo plazo de la estrategia de desarrollo.

En ese sentido, el CV es un concepto que abarca al desarrollo sostenible y la preservación del capital natural. El primer paso es definir cómo medir el CV. En esta tarea ha estado el Global Green Growth Institute de Corea, que determinó una metodología para que los países se puedan comparar entre sí y evaluar la calidad de su crecimiento.

Una estrategia de largo plazo de crecimiento verde es crítica para el país. De una parte, los recursos naturales no son infinitos y los renovables requieren de condiciones para su conservación. Hay zonas del país donde la disponibilidad de agua, incluso para la población, se está convirtiendo en una crisis recurrente y cada vez más difícil de sortear en los episodios del fenómeno de ‘El Niño’. 

La incompleta formación y la lenta actualización del catastro en amplias zonas del país, incentiva la deforestación y el uso de la tierra en actividades poco productivas, como la ganadería extensiva. El bajo desarrollo de una economía circular, con adecuado reciclaje de productos, lleva a que las grandes ciudades del país tengan problemas crecientes con sus rellenos sanitarios, y que el Estado colombiano tenga que pagar una factura cada vez mayor por los subsidios de la energía eléctrica por el uso de electrodomésticos, especialmente neveras obsoletas, que tienen un exagerado consumo de kilovatios. Todo esto conduce a un improductivo uso de los recursos. La misión tiene tres ejes de estudio. El primero es el de productividad de los recursos, tales como el suelo, el agua, la energía eléctrica, los recursos forestales y el uso y reciclaje de materiales (economía circular). En todos estos, la productividad es baja cuando se mide su uso por unidad de PIB.

Un segundo eje son las nuevas oportunidades económicas que se abren con el CV, entre ellas, la bioeconomía, es decir, bienes y servicios funcionales al desarrollo sostenible, negocios verdes y productos con la trazabilidad requerida por los mercados internacionales y crecientemente en el mercado doméstico. Así mismo, otra área con grandes perspectivas es la de generación de energía con fuentes alternativas como la solar, eólica, biomasa y geotermia, entre otras. También esta nueva economía requiere del desarrollo de una oferta educativa que es escasa en el país, necesaria para habilitar el CV. 

El tercer eje es el de la inclusión social. La productividad laboral en Colombia es una cuarta parte de la de los países desarrollados. Hay problemas de formación, de paquetes tecnológicos obsoletos y de capacidades gerenciales. Igualmente, la extensa economía informal y la ilegal compiten deslealmente con el sector formal, y, además, tienen un pírrico nivel de productividad. Esto también afecta la sostenibilidad de la estrategia de desarrollo.

Finalmente, tendremos dos ejes transversales, el de ciencia tecnología e innovación (CTI), y el de priorizar todas las recomendaciones de los estudios en un espacio de facilidad, impacto y recursos presupuestales demandados. No obstante, para su éxito se requiere de una gran alianza pública, privada y social, en la cual todos los actores contribuyan con su parte. Con esto, el DNP le está apostando a asegurar el bienestar futuro para los colombianos y a su viabilidad dentro de la economía global.

Hernando José Gómez R.

Director Misión de Crecimiento Verde​