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El primer estudio en Colombia sobre riesgos Natech, con enfoque en la planificación territorial, lo hizo el Área Metropolitana del Valle de Aburrá 


Es uno de los primeros de su tipo en Latinoamérica, junto con algunas de las apuestas que se han realizado en Brasil. Este estudio propone una metodología para determinar los índices de vulnerabilidad y riesgo ante escenarios Natech, detonados por inundaciones, avenidas torrenciales, movimientos en masa, sismos y descargas eléctricas, en esta región metropolitana. 

 

 

Fenómenos naturales como las lluvias extremas, movimientos en masa y fuertes descargas eléctricas, no solo representan una amenaza de origen natural para las grandes urbes, como la que alberga el Valle de Aburrá, al ser la segunda más grande del país, sino que pueden desencadenar eventos mucho más graves y a una mayor escala, al afectar a las industrias ubicadas dentro de estas zonas urbanas, debido a que manipulan sustancias peligrosas y pueden liberarse accidentalmente.  A este panorama se le conoce como riesgos Natech, por su acrónimo en inglés Natural Hazards-Triggered Technological Accidents. 

Sumado a estos factores está el cambio y la variabilidad climática que pueden intensificar la ocurrencia de estos fenómenos naturales y aumentar los riesgos Natech en la región metropolitana. Es por eso que desde el 2016 el Área Metropolitana del Valle de Aburrá teniendo en cuenta  la Ley 1625 de 2013, que incluye dentro de sus funciones como entidad administrativa: “realizar actividades de análisis, seguimiento, prevención y control de desastres en coordinación con las demás autoridades competentes, y asistirlas en los aspectos medioambientales en la prevención y atención de emergencias”, comenzó a interesarse en estudiar estos riesgos a nivel regional con el fin de otorgarle herramientas a las industrias y a los municipios para gestionar la disminución de este tipo de riesgos en el territorio.  

“Fue así como surgió la idea de crear el grupo de Riesgos Natech en nuestra Entidad, fusionando el grupo de riesgos naturales y el de riesgos tecnológicos liderado por el profesional universitario Gustavo Londoño Gaviria, quien fue un reconocido ingeniero químico que hizo grandes aportes a este tema y al cambio climático en la región, desde  el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.  

En 2017 dimos el primer paso. Ese año establecimos contacto con la Universidad de Kioto, con quienes en 2019 realizamos el primer evento sobre riesgos Natech, enfocado en Medellín y el área metropolitana. Para ese momento contábamos con dos recursos importantes: el Mapa de Riesgo Químico, que habíamos creado con anterioridad, y los estudios básicos de amenaza por movimientos en masa, inundaciones y avenidas torrenciales”, relata la profesional universitaria Julieta Gómez, quien lleva casi 20 años en la Entidad enfocada en temas asociados a amenazas y riesgos naturales. ​

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¿Qué hace especial esta metodología? 


Estos antecedentes fueron los que impulsaron el desarrollo de la 'Metodología para la determinación de índices de vulnerabilidad ante escenarios Natech en el Valle de Aburrá'. La primera de su tipo en Colombia, pues en el país no existe como tal una metodología específica para la incorporación de los riesgos tecnológicos en el ordenamiento territorial, pero sí para los riesgos naturales, y por lo general, los riesgos tecnológicos suelen ser abordados de manera individual por cada empresa o industria, sin una gestión conjunta en el ordenamiento territorial. Es por esto que, esta investigación es un antecedente de gran importancia para el país y para Latinoamérica. 

La clave de este estudio está en su alcance, así lo detalla el docente investigador de la Universidad Eafit, Marco Fidel Gamboa Ramírez, ingeniero geólogo, especialista en Sistemas de Información Geográficos y magíster en Ciencias de la Tierra, quien lideró el equipo de profesionales, que desde esa institución acompañó el desarrollo de esta metodología: 

“La manera en la que se han abordado los riesgos Natech a nivel mundial, es de forma individual desde las empresas o industrias, y lo novedoso acá es que se aborda como un ejercicio de planificación territorial, ya no está enfocado a la empresa, sino enfocado a una región, y en ese sentido involucra al conjunto de industrias que hay”. 

Si bien, el estudio de estos riesgos en el mundo es algo que ha venido evolucionando en los últimos años, donde países como Japón e Italia, son pioneros en ello, en Latinoamérica apenas se está explorando:  

“Los eventos Natech son eventos de origen natural que desencadenan accidentes tecnológicos y eso involucra necesariamente la presencia de sustancias químicas peligrosas. Entonces cuando uno habla sobre esto, uno siempre se enfoca en tanques de almacenamiento o equipos de proceso que contengan grandes volúmenes de material, porque si estos se ven afectados, la liberación de estas sustancias van a llevar a diferentes escenarios como incendios, explosiones, contaminación de suelos y acuíferos, así como nubes tóxicas, dependiendo de las características fisicoquímicas de la sustancia liberada.  

En Latinoamérica todavía hay un desconocimiento muy grande y Colombia ha sido uno de los países que está liderando este este tema junto con Brasil. Sin embargo, sí hemos visto que cada vez más los países en Latinoamérica se están viendo más afectados estos escenarios. Un ejemplo reciente es lo ocurrido en Cuba el año pasado donde un rayo impactó uno de los  tanques de almacenamiento de combustible, en donde un efecto dominó generó un incendio que tardó 4 días en ser apagado.   

Entonces, esto nos muestra que el proyecto que desarrolló el Área Metropolitana es un aporte muy importante, porque a pesar de que todavía es un tema muy nuevo en Latinoamérica, en Colombia ya estamos desarrollando varias iniciativas”, destaca la doctora en Ingeniería María Camila Suárez Paba, quien adelantó sus estudios en Japón y se ha centrado en estas temáticas, además fue una de las investigadoras que hizo parte del desarrollo de este estudio.


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¿Qué presenta este estudio? 

Para el desarrollo de esta investigación se tuvo en cuenta estudios como el Mapa de Riesgo Químico y los estudios básicos sobre amenazas de origen natural que ya había venido desarrollando el Área Metropolitana, entre el 2009 y el 2021, además de los reportes de emergencias atendidas por bomberos, reportes de eventos tecnológicos e información sobre sustancias químicas peligrosas que se manipulan en las empresas asentadas en los municipios en el Valle de Aburrá. ​Con esta información previa, los investigadores de la Universidad Eafit formularon la 'Metodología para la determinación de índices de vulnerabilidad ante escenarios Natech'. 

“Para el momento en el que se desarrolló la investigación, el Área Metropolitana tenía una serie de estudios homologados para los municipios. Yo creo que esa fue una de las ventajas que encontramos desde el punto de vista metodológico, pues la gran mayoría de municipios cuenta con unos estudios básicos de amenazas por inundaciones, avenidas torrenciales y movimientos en masa. 

Entonces, digamos que la ventaja fue haber contado con una información base importante tanto desde la amenaza como desde las empresas, porque también teníamos el Mapa de Riesgo Químico en el cual se tenía la ubicación de algunas empresas que manejaban sustancias químicas peligrosas en el Valle de Aburrá. 

Por otro lado, en cuanto información sobre sismos, se contó con la Microzonificación Sísmica del Valle de Aburrá. Y para el estudio de las descargas eléctricas, utilizamos información proporcionada por el SIATA. 

Lo que se hizo con este estudio fue darle una connotación diferente, debido a la intensidad de los fenómenos, de ponerlos en función de lo que necesitábamos para el proyecto”, destaca el ingeniero Gamboa. 

En este sentido, para esta investigación se analizaron cinco amenazas naturales, presentes en el Valle de Aburrá muy asociadas a sus condiciones geomorfológicas y geológicas, las cuales son: amenaza por inundaciones; amenaza por avenidas torrenciales; amenaza por movimientos en masa; amenaza por sismos, y amenaza por rayos, todas con un enfoque en los riesgos Natech teniendo en cuenta la distribución de las industrias a lo largo de las zonas urbanas de los 10 municipios del Valle de Aburrá. 

El estudio constó de dos fases: la primera fue del 2021 al 2022, y la segunda fue desde septiembre de 2022 hasta abril de 2023, proceso en el cual se invirtieron $1.469.546.815. El producto principal de esta investigación es la cartilla que lleva el nombre de la metodología, en la que además de exponer datos duros sobre el tema, cuenta de forma divulgativa los conceptos asociados a los Riesgos Natech, hace un recuento de accidentes de este tipo que han ocurrido en el mundo, así como una serie de recomendaciones para las industrias y los tomadores de decisiones, con el fin de mostrar un camino hacia el cual se puedan reducir y gestionar estos riesgos latentes en el territorio. 

En el proyecto también se tuvo en cuenta la cercanía de elementos expuestos como hospitales, colegios, zonas residenciales, entre otras. Y esto, también le da soporte a la toma de decisiones del gobierno local, para saber qué podría pasar y cuáles son esas zonas de potencial afectación. En este estudio, encontramos puntos calientes donde se necesitan hacer análisis más detallados, tomar decisiones para el ordenamiento del territorio, que busquen proteger a la población que esté cercana a las instalaciones industriales”, destaca la doctora Suárez. 


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¿Cuál es la diferencia entre la condición y la estimación del riesgo? 

Como hemos visto anteriormente, este estudio tiene un alcance a nivel territorial, y aunque parte de diversos estudios que detallan características generales de las industrias, no cuenta con un detalle tal que permita hablar de estimación del riesgo, sino de la condición del riesgo en cuanto a eventos Natech. 

“Cuando hablamos de una condición de riesgo, lo hacemos en función de dos temas: la intensidad de los fenómenos naturales y de la peligrosidad de las sustancias, dada entre otras cosas, por el volumen que hay en cada empresa, que fueron los elementos que tuvimos en cuenta para este estudio”, detalla el investigador Gamboa. 

Continuando con esta línea, la doctora Suárez agrega que “es muy importante dejar claro que este estudio no es una estimación del riesgo, es una condición de riesgo. Porque para poder estimar el riesgo, se necesita información más detallada y cuantitativa que en el momento, no tenemos, pero sí llegamos al punto de establecer la condición de riesgo, este nos permite identificar esas zonas que tienen una condición alta y que, por lo tanto, necesitarían un análisis más detallado. Entonces, el hecho de poder identificar esas zonas que tienen esa condición alta le va a permitir a los tomadores de decisiones poner el foco en ellas”.    

Es por ello que, esta metodología cuenta con una matriz de valoración para definir el ‘Índice de condición de riesgo Natech´’, en el que se cruza el índice de peligrosidad con el ‘Nivel potencial de exposición’, con la cual las empresas pueden definir esa condición de riesgo, que después puede promover nuevas acciones para la protección de las comunidades aledañas a ellas.  

“A mí me parece importante rescatar el hecho de que el Área Metropolitana del Valle de Aburrá es la única autoridad local que ha desarrollado esta geolocalización de las instalaciones industriales en su territorio. En Colombia no hay otro referente respecto a un Mapa de Riesgo Químico. Incluso desde la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres consideramos importante replicar esto a nivel nacional, es importante que nosotros conozcamos dónde están ubicadas las instalaciones industriales en nuestro país, no solo las grandes refinerías, sino las pequeñas y medianas empresas que también manipulan sustancias químicas peligrosas, que es donde mayoritariamente se presentan los accidentes que ya hemos visto muchas veces en las noticias”, enfatiza la experta Suárez. 

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Ya tenemos esta metodología, ¿qué sigue? 

 

Esta investigación es una herramienta para los tomadores de decisiones y para las empresas, por eso la importancia de que sea divulgado e implementado en los territorios, así lo afirma la profesional universitaria del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, quien supervisó este contrato: “Es muy útil para la toma de acciones preventivas, es un asunto más de prevención que de mitigación. Porque si yo conozco, cuál es mi condición de riesgo Natech, entonces tendré que hacer un muro más resistente, por ejemplo, o tendré que levantar mi tanque, o poner protección para rayos, etc. Esto es necesario hacerlo al interior de las empresas. Aquí, tanto las empresas como los municipios tienen que actuar conjuntamente y además contar con planes de ayuda mutua, para tener una comunidad entendida y capacitada”. 

Por otro lado, la doctora Suárez, agrega que es importante incluir en estos procesos a los organismos de respuesta para que sepan cómo actuar ante una emergencia de este tipo: 

“En el apartado de recomendaciones, indicamos la importancia de que participen diferentes actores, como las autoridades locales y las entidades de respuesta a emergencias. Las amenazas son cada vez más severas y esto no va a cambiar en el tiempo. Entonces, si no se toman medidas eventualmente en algún momento se podría materializar un evento que podría traer consecuencias muy severas, por eso es importante que se siga fortaleciendo esa preparación, que las empresas sepan qué deben hacer, que tengan en cuenta sus análisis y que no sea algo teórico, sino que sea práctico, que también las entidades de respuesta a emergencias sepan qué puede pasar, que estén preparadas, que estén entrenadas, que cuenten con la información, con los equipos, necesarios”, enfatiza la profesional Suárez. 

Siendo conscientes de las amenazas naturales presentes en el territorio metropolitano, y cómo estas pueden exacerbarse por el cambio y la variabilidad climática, y que a su vez, podrían afectar a las industrias que trabajan por el desarrollo económico de la región, es que le apostamos a estudios como estos, con el fin de estar preparados para seguir salvaguardando la vida de los ciudadanos, pero también el bienestar ambiental del territorio y de todas las formas de vida que habitan en él. Así es como #NaceUnFuturoSostenible.   ​