​​

El Protocolo sí ha funcionado: Secretario de Ambient​​e


Sergio Orozco ha liderado desde la Alcaldía de Medellín todas las acciones contempladas en el Protocolo para Enfrentar los Episodios por Contaminación Atmosférica (POECA). Su satisfacción es proporcional al reto que tenemos frente.


¿Cuál es la experiencia que se puede sacar de esta primera fase de contingencia y de aplicación del Poeca, como parte fundamental del Plan Integral de Gestión de la Calidad del Aire, Pigeca?

Sergio Orozco, secretario de Ambiente de Medellín: Vemos con mucho optimismo lo que está pasando en términos de la educación ambiental en los territorios y que la aplicación del Protocolo Operativo para enfrentar los episodios de calidad del aire ha funcionado muy bien y que será mucho más eficiente en la medida en que se sigan implementando las acciones que allí se contemplan. Nos ha tocado varias veces hablar con los medios para explicar y hacer pedagogía con las declaratorias de los estados de prevención y de alerta roja, que determinamos hace dos semanas, dando cumplimiento a la Resolución 2254 del Ministerio de Ambiente respecto de la nueva norma sobre calidad del aire.


¿Cuál podría ser un balance inicial y preliminar de esas dos declaratorias?

Las medidas adoptadas para ambas etapas han funcionado muy bien y lo más importante es que se adoptaron con base en criterios técnicos, con información científica proveniente del Sistema de Alerta Temprana (Siata) y con criterios de prevención, con el fin de evitar llegar a situaciones más complejas y críticas. Las decisiones dieron los resultados esperados y las acciones contempladas no han dejado de aplicarse, en especial con aquellas previstas en la etapa de prevención, que aunque tienen restricciones, son menos estrictas que las acordadas en las fases de alerta y de emergencia, haciendo claridad que la ciudad nunca ha estado en esta última etapa, es decir, de emergencia. Con las medidas de prevención venimos bajando los niveles de contaminación.


Es claro el énfasis ambiental del Alcalde de Medellín al ver los resultados mostrados en la rendición de cuentas 2017 ante el Concejo de la ciudad…

El alcalde Federico Gutiérrez es un apasionado con el tema ambiental y la apuesta que ha hecho por este territorio es gigantesca en términos de inversión y de cultura ciudadana en relación con el cuidado, protección y sostenibilidad ambiental. Aparte de apoyar todas las medidas adoptadas dentro del Protocolo para enfrentar episodios por calidad del aire, el alcalde nos ha insistido en la necesidad de avanzar en la reconversión y renovación de todo el parque automotor. La lucha del Alcalde para conseguir que Ecopetrol nos envíe una mejor calidad de diésel y de gasolina es trascendental, porque no es posible bajar los niveles de contaminación del aire si nuestros vehículos, además de usas combustibles limpios, no se renuevan. La meta de cambiar el 70 por ciento de los buses del sistema de transporte público a tecnologías limpias a 2019 avanza, y la promesa de que todos los buses del sistema metroplús sean eléctricos es una realidad. Ya incorporamos 500 taxis eléctricos a la flota y antes de finalizar el año serán 1.000 más. Las estaciones de recarga que está montando EPM para facilitar y promover el uso del carro eléctrico también se amplió, ahora son 8 y finalizando el año serán más de 20 en todo el territorio metropolitano.


¿Otro gran reto es el de la Cultura ciudadana?

Lo primero que hemos dicho es que todos contaminamos y, por ende, todos debemos aportar a la calidad del aire. Los ciudadanos cada vez tienen mayor conciencia ambiental, pero necesitamos que eso se traduzca también en sanción social. A nosotros se nos critica mucho cuando la gente ve los llamados carros chimenea y nos exigen que los sancionemos. Claro que los sancionamos, pero me pregunto cuántos de esos ciudadanos se montan en esos mismos buses sin problema, sabiendo del daño que están causando a todos por igual. Necesitamos esa sanción social. Es urgente cambiar los hábitos, compartir el vehículo con otros amigos, viajar en metro y, sobre todo, fomentar una cultura de la legalidad, porque no es aceptable hacer trampa para pasar los controles de emisiones ni mucho menos tapar las placas para burlar el pico y placa. Eso no es cultura de la legalidad ni mucho menos ciudadana.