​​

De BanCO2 Metropolitano ya hacen part​​e​​​ 1.014 familias


El programa, que inició en diciembre de 2016, ya cuenta con un millar de familias caracterizadas en el territorio metropolitano y que protegen los bosques. Los campesinos reciben incentivos ambientales en dinero por cuidar la naturaleza y cada vez se suman más a la iniciativa. Hay 7 empresas que hacen parte de BanCO2 Metropolitano y se espera que en los próximos meses se sumen 16. El Área Metropolitana es la primera autoridad ambiental en pertenecer al programa en Colombia.

Con la caracterización de 1.014 familias en el Valle de Aburrá se cumplió el propósito trazado en 2016 cuando el Área Metropolitana empezó a ser parte del programa de BanCO2 Metropolitano, que hoy es un modelo para todo el país en el pago por servicios ambientales. Esta fue una de las principales conclusiones que dejó el balance de esta iniciativa que nació en 2013 en el Oriente antioqueño y hoy se proyecta como una de las alternativas más importantes para preservar los bosques colombianos.

El Valle de Aburrá es el primer gran centro urbano del país que acoge y adopta el programa BanCO2. En esta instancia se suman municipios, grandes empresarios y personas que poseen grandes extensiones de tierra. Así este programa se amolda a las diferentes condiciones de los propietarios del territorio metropolitano y los divide por Tipo A (familias campesinas de bajos recursos económicos), Tipo B (medianos y grandes propietarios) y Tipo C (municipios y espacio público).

Estas 1.014 familias del Valle de Aburrá cuidan hoy 1.866 hectáreas de bosques. Esto equivale a la extensión de 2.259 canchas de fútbol. Al BanCO2 Metropolitano, además, se han vinculado 7 empresas y hay 16 compañías más en proceso de sumarse. Las que hacen parte de la iniciativa son: Censa, Postobón, Terranum, Papelsa, Kimberly, Bancolombia y Colcerámica.

“A las empresas también les sirve el programa para lograr beneficios tributarios. También queremos que este BanCO2 Metropolitano, dadas las características del Valle de Aburrá, pueda llegar a las personas que tengan grandes extensiones de tierra. Esto quiere decir que se puede adaptar a las diferentes características de nuestra región. Estamos estudiando los predios privados cómo se pueden vincular al pago por servicios ambientales”, dice María del Pilar Restrepo Mesa, subdirectora Ambiental del Área Metropolitana.

Con el pago por servicios ambientales se derrumba el mito que hay en la percepción ciudadana de que en las zonas urbanas no hay campesinos, no hay bosques y no hay que cuidar nada. “Estamos demostrando que con 1.014 familias en los 10 municipios del Valle de Aburrá trabajamos por los ecosistemas más estratégicos, pero también los más vulnerables. Tenemos que proteger esos ecosistemas, el agua y los bosques, pero también a esos campesinos. Estamos cuidando a nuestros cuidadores del medio ambiente”, asegura Carlos Mario Zuluaga, director de Cornare.

Para Zuluaga, el éxito del programa está cimentado en que los campesinos puedan garantizar un ingreso básico para su subsistencia. “Este esquema no es que se mantenga a punta de discurso, de felicitaciones o de palmaditas a la gente del campo. Ellos tienen dos opciones: o tumbar el bosque y tener ingresos para mercar; o dales con qué para conserven la naturaleza. La protección de los bosques no se puede hacer con hambre”, agrega.

En ese sentido se ha planteado que mientras los ciudadanos ven en un árbol agua aire limpio, muchos de los campesinos, por la falta de incentivos y de oportunidades solo ve una libra de arroz.
Del convenio BanCO2 Metropolitano hacen parte el Área Metropolitana del Valle de Aburrá con la Corporación Masbosques, Helvetas Swiss Intercooperation y el Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe.  Tiene como principal objetivo el manejo sostenible de ecosistemas estratégicos. También, valorar el rol que cumplen los bosques montañosos de los Andes en la adaptación y mitigación del cambio climático.

BanCO2 se ha extendido por diferentes zonas de Colombia, mostrando resultados para los diferentes actores que participan en la iniciativa. Se han vinculado 26 autoridades ambientales y han recibido beneficios unas 6.500 familias. En el proceso se han compensado casi 3 millones de toneladas de CO2 y protegido 13.000 hectáreas que salvaguardan la biodiversidad, los nacimientos de agua, humedales y muchos otros servicios ambientales de los que se benefician las diferentes comunidades.

El esquema tiene establecido como un parámetro de acompañamiento y garantía de desarrollo social para los habitantes de los ecosistemas estratégicos vinculados. Además, con las capacitaciones se busca brindar a las familias vinculadas las herramientas necesarias para garantizar el cuidado y el uso adecuado de los ecosistemas que habitan y fortalecer su economía con el desarrollo de proyectos productivos sostenibles.

Para tal fin tiene como socio estratégico a Bancolombia para que las familias vinculadas aprendan sobre un mejor manejo de los servicios financieros con herramientas de conocimiento que les permitan optimizar el presupuesto familiar.