Las Áreas Protegidas en el contexto urbano del valle de Aburrá, son un eje estructurante del Sistema Metropolitano de Áreas Protegidas –SIMAP-. Estas áreas, Volador, Asomadera, Nutibara y Piamonte, son escenarios que disfrutan de un potencial natural, social y cultural que lo caracteriza en el contexto urbano desde la integridad ecológica y diversidad biológica que contiene, pues se incorporan a los paisajes seminaturales y a la población, valorando servicios ecosistémicos que aportan a la sostenibilidad ambiental del territorio.

Desde el 2008 el Área Metropolitana del Valle de Aburrá como autoridad ambiental del territorio urbano, ha promovido el desarrollo de un ejercicio estratégico y técnico en la búsqueda por conservar y respaldar jurídicamente la preservación de estas áreas. Desde entonces, entre 2010 y 2011 se declaran por resolución metropolitana, las cuatro áreas protegidas y se valora además de otras cosas, un ejercicio de empoderamiento y participación proactiva y expectante.

El reconocimiento jurídico se debe a una labor interinstitucional y de movilización ciudadana que se ha valorado durante el proceso y se reconoce significativamente desde el año 2012, cuando inicia la implementación de sus planes de manejo, a través de diferentes estrategias, que dan como resultado grandes logros, tales como la formación a 130 líderes de base en temas de conservación ambiental y 68 representantes del sector empresarial, institucional y académico; concreción de alianzas estratégicas, inicialmente con seis (6) empresas de diferentes sectores económicos del área metropolitana bajo la propuesta de aportar en la administración y co-manejo de las Áreas Protegidas Urbanas y la consolidación del Comité Ciudadano de Áreas Protegidas Urbanas.

Éste Comité se viene concretando como un grupo de ciudadanos y ciudadanas, que promueven la construcción de un escenario político y estratégico, que partiendo de elementos técnicos, jurídicos y metodológicos, busca aportar en la construcción de una ruta de trabajo que favorezca los procesos educativos, de gestión, administración y co-manejo a favor de las Áreas Protegidas urbanas de incidencia en el territorio Metropolitano. Y bajo la construcción de su reglamento interno, este conjunto se define como: un colectivo de ciudadanos y ciudadanas, que desde un ejercicio de corresponsabilidad ciudadana, buscando, constituirse en una fuerza colectiva, con conciencia reflexiva y crítica frente a la conservación en contextos urbano regionales, posicionándose en la sociedad colombiana como un actor e interlocutor político que promueve el respeto y visibilidad de los sistemas locales de conservación dentro del Sistema Nacional Ambiental, con capacidad para incidir en la toma de decisiones en las instancias de carácter técnico y decisorio, creados por la institucionalidad y demás sectores que propendan por la conservación de la biodiversidad y su interacción con la dimensión social y cultural.

Es así, como éste ejercicio de conservación en un contexto urbano-regional, promueve la participación de todos los actores (empresa privada, ciudadanía, academia e institucionalidad) en la construcción de procesos que favorezcan la conectividad integral (biológica, funcional, social) y que a su vez aporten al sistema en términos de estabilidad ecológica y viabilidad social del territorio metropolitano del Valle de Aburrá.

Para el 2017, junto con la el Área Metropolitana de Valle de Aburrá y la Corporación Unida Empresarial – CORPUEM- se decidió como parte de las estrategias reactivar el comité ciudadano de áreas protegidas y otras estrategias de conservación, en consecuencia se propuso la realización de dos tipos de encuentros, unos generales y otros por cada área protegida, los primeros inscribieron a todos los integrantes de las cuatro áreas protegidas, y los segundos corresponde a los integrantes por cada área protegida, y así  se tuvo la posibilidad de poder avanzar desde su espacio en las lecturas de las dinámicas especificas del área en la cual se encuentran.

Es importante resaltar que no se trató de trabajar elementos aislados, sino de encuentros que se nutrieran mutuamente, fue así como se propuso desde los encuentros generales se llevaran elementos para analizar al interior de las áreas y desde las áreas se llevaran elementos que consideraran necesarios que fueran presentados, debatidos y analizados en los encuentros generales; la figura presentada a continuación ilustra la propuesta metodológica propuesta para los encuentros, en ellos fue posible identificar los flujos que deben existir para que la reactivación del comité sea exitosa.
Ilustración 1 Dinámica de encuentros para la reactivación del Comité Ciudadano

De manera paralela a los encuentros generales del comité ciudadano, desde el convenio de asociación 158 se continuo invitando, acompañando y promoviendo entre los integrantes de las diferentes áreas protegidas, la realización de encuentros locales en los cuales puedan abordar especificidades de cada una de las áreas protegidas, avanzando en las lecturas, análisis y proyecciones ciudadanas del área e incluso de otros ecosistemas que presenten posible conectividad temática o biológica con ellas.

Durante los 9 encuentros generales del comité ciudadano realizados en el transcurso del año se evidenció el compromiso por parte de algunos ciudadanos de continuar trabajando en pro de las áreas protegidas y en la conformación de un grupo sólido y estructurado capaz de generar estrategias en aras a la conservación.

Para el año 2018, en la adición del Convenio, se realizaron otros ejercicios importantes para cualificar las capacidades ciudadanas de los integrantes del Comité Ciudadano, después de analizarse el acompañamiento durante el año 2017, se vio pertinente contribuir al fortalecimiento de dos componentes fundamentales, la formación y la investigación, para ello, el equipo técnico del convenio participó en algunos encuentros generales con temas referentes a ejercicios de conservación, instrumentos políticos y argumentos que suscitaran la reflexión por parte del Comité Ciudadano. Además, se hicieron ejercicios con los comités locales, para comenzar en la investigación y valoración de los servicios ecosistémicos y cualidades naturales que ofrecen las áreas protegidas.
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