Los esfuerzos de articulación de los diez municipios de la metrópoli en el Valle de Aburrá, son fundamentales para lograr efectos de cohesión en todas las dimensiones del desarrollo y para atender las problemáticas que afectan sus grupos poblacionales, el territorio o su sostenibilidad en general.
 
Las posibilidades del Área Metropolitana del Valle de Aburrá se concretan en el desarrollo de instrumentos de coordinación de actores, políticas y una gobernanza metropolitana en términos de equidad, inclusión y legitimidad del sistema político que permitan aumentar la capacidad de reacción inmediata y coordinada a nivel metropolitano para la atención de situaciones coyunturales.
 
En este sentido el secretario de seguridad y convivencia de Medellín, Andrés Tobón Villada destaca "El Área Metropolitana del Valle de Aburrá es el ente aglutinador en estos temas y es quien permite legitimar en 3 escenarios: el intermunicipal, municipal – regional y nacional para la unificación de propuestas, apoyo en la asignación presupuestal y modificación de normas; así como en el relacionamiento en planes de control, prevención al delito y seguimiento a los PISCC".

El Área Metropolitana del Valle de Aburrá leyó en ese tema de la seguridad un factor común que incidía en otros elementos como: el medio ambiente, los recursos naturales, la movilidad y los procesos de planificación territorial; temas planteados en la hoja de ruta que tiene como ejes principales: la voluntad política y burocrática, el liderazgo, la flexibilidad y la confianza sumada a la legitimidad, factores esenciales de la convivencia y la cultura ciudadana ¿Cómo se logró?
 

Institucionalidad e instancias metropolitanas

Procurando aportar con soluciones eficientes en el corto y largo plazo, se creó la Subdirección de Seguridad y Convivencia del Área Metropolitana del Valle de Aburrá para aumentar el nivel de articulación y concertación de la institucionalidad y la ciudadanía metropolitana que mejore las condiciones de seguridad y convivencia ciudadana en el territorio metropolitano. La base para la creación de esa figura dentro de la institución fue la decisión tomada por los 10 alcaldes en la Junta Metropolitana del Valle de Aburrá, quienes el 8 de abril de 2016 protocolizaron el Acuerdo 02, por medio del cual estableció la seguridad, la convivencia y la paz como Hecho Metropolitano.
 
De igual manera se creó el Consejo Metropolitano de Seguridad y Convivencia, como órgano asesor de las autoridades administrativas del Valle de Aburrá, un espacio de análisis, concertación, socialización y comunicación de las políticas, planes, programas y proyectos en materia de seguridad, convivencia y paz. Este Consejo lo conforman el Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, los 10 Alcaldes o sus delegados, e invitados como los organismos de seguridad y justicia, o aquellas personas cuya presencia sea necesaria conforme al tema a tratar.

La seguridad y la convivencia, asuntos de todos

Las estrategias que actualmente lidera la Subdirección de Seguridad y Convivencia de Área Metropolitana del Valle de Aburrá, comprenden mejorar los sistemas de información, control y actuación para la seguridad y la convivencia en el territorio metropolitano, trabajar en la articulación interinstitucional para la generación de marcos normativos y el diseño de la política pública de seguridad, convivencia y Derechos Humanos (DDHH) en los diez municipios del Valle de Aburrá. En ese sentido, se destacan las siguientes líneas:
 
  1. La articulación, educación y pedagogía social para los Derechos Humanos y la convivencia, con la coordinación para el establecimiento de políticas de atención del consumo de sustancias psicoactivas y violencia, desde un enfoque cultural y de salud pública, con acciones como campañas pedagógicas y educativas en los municipios del Valle de Aburrá.
  2. La gestión para el acompañamiento técnico, metodológico y seguimiento a las líneas de seguridad, convivencia y derechos humanos de los planes de desarrollo municipales.
  3. Asesorar y apoyar técnica y metodológicamente la construcción de los Planes Integrales de Seguridad y Convivencia Ciudadana -PISCC- en cada uno de los municipios que integran el Valle de Aburrá.
  4. Desarrollar e impulsar el Plan Integral de Seguridad y Convivencia Ciudadana Metropolitano -PISCC-METROPOL, ya aprobado y en implementación.
  5. Acompañamiento para la consecución de recursos (FONSET, FONSECON, cooperación internacional, sector privado, etc.)
  6. Pedagogía para la implementación del nuevo código nacional de Policía y convivencia.
  7. Gestión y coordinación para el mejoramiento de  la estructura tecnológica del circuito cerrado de televisión (cámaras de seguridad) -CCTV- para los nueve municipios del Valle de Aburrá, priorizando los municipios de La Estrella, Bello, Itagüí y Envigado en sus fases I y II de manera integrada al centro de monitoreo de Medellín, nuestro municipio núcleo.
  8. La ampliación del aplicativo tecnológico seguridad en línea para los 9 municipios en su etapa inicial.​
Además del control de las autoridades legítimas y el apoyo ciudadano hacia ellas, fomentar una cultura de la prevención, el aumento de la sanción social frente a las actividades ilegales, y la inclusión de poblaciones en riesgo para su prioritaria protección, redundará en la generación de confianza en todos los territorios del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
 
El hecho metropolitano tiene una gran base del aprendizaje, generado por la reflexión de las condiciones internas y los diálogos con otros entornos y dinámicas que permitan tener intervenciones con estrategias eficientes, apoyadas en la modernización tecnológica y que correspondan a las miradas integrales del territorio. Entonces, el Valle de Aburrá logrará tener un abordaje territorial amplio en temas de seguridad, articulado con el entorno y sembrando las bases para una cultura ciudadana de la convivencia, enfrentando de manera sistemática los factores que atentan contra el bienestar comunitario y la estabilidad institucional. 
 
Con conocimiento, inversión eficiente y trabajo en equipo se armonizan las iniciativas sociales e institucionales, mejora la infraestructura y, como eje fundamental, se generan pactos legítimos por la convivencia, base para que toda la ciudadanía esté comprometida en  generar unas condiciones de confianza con sus propias capacidades, respaldo en las capacidades de los otros y confianza en el futuro.
 
La seguridad y la convivencia seguirán consolidándose como un hecho metropolitano, de todos juntos, instituciones y sociedad civil, empoderados, trabajando por el bienestar de la población y su sostenibilidad.​​​​​