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​​El agua es un recurso vital para el desarrollo de la vida. Sin embargo, las fuentes hídricas se ven sometidas al vertimiento de contaminantes originados por actividades humanas que pueden afectar potencialmente la calidad del agua. Ésta es una de las principales razones para el desarrollo de programas de monitoreo de la calidad del agua que buscan prevenir y contrarrestar los efectos negativos, beneficiando al ambiente y a la salud los ciudadanos. 

Es el caso de nuestro querido Río Aburrá - Medellín, que nace en las entrañas de la Reserva Forestal Protectora del Alto de San Miguel en la vereda La Clara en el municipio de Caldas a unos 1800 m.s.n.m., un lugar, que según Corantioquia, alberga el 10% de la biodiversidad del país. Desde este sitio comienza su trayecto que lo llevará a atravesar el Valle de Aburrá. Pero, este manantial cristalino que sustenta las diferentes formas de vida que coexisten en éste bosque, sufrirá a partir de allí una metamorfosis que lo volverá prácticamente irreconocible a causa de la contaminación sistemática y reiterativa a la que es sometido a lo largo de sus 105 kilómetros de recorrido, unos cuantos metros después de dejar la reserva. 

Para preservar nuestro patrimonio hídrico: el río Aburrá-Medellín, quebradas afluentes y aguas subterráneas, es necesario conocer el estado de sus aguas, y es por esta razón, en el año 2003 nace la Red de Monitoreo Ambiental en la Cuenca Hidrográfica del Río Aburrá-Medellín (RedRío), liderada por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá en convenio con la Universidad de Antioquia. 

RedRío cuenta, a la fecha, con 14 estaciones de monitoreo ubicadas estratégicamente a lo largo del río Aburrá-Medellín, desde su nacimiento, con la estación San Miguel en Caldas, hasta su confluencia con el río Grande, con la estación Puente Gabino, ubicada en el municipio de Santo Domingo al norte de la región metropolitana, en predios en los que el río pasa a denominarse río Porce. Asimismo, existen tres estaciones automáticas de monitoreo que operan en la estación San Miguel, Ancón Sur en La Estrella y Aula Ambiental en el municipio de Medellín, que permiten obtener información en tiempo real de las condiciones del agua.

De sur a norte son:

  1. Reserva Alto de San Miguel, municipio de Caldas
  2. San Miguel, vereda La Clara, municipio de Caldas
  3. Primavera, municipio de Caldas
  4. Ancón Sur, municipio de La Estrella
  5. Antes de San Fernando, municipio de Itagüí
  6. Después de San Fernando, municipio de Medellín
  7. Aula Ambiental, municipio de Medellín
  8. Puente Acevedo, municipio de Medellín
  9. Puente Machado, municipio de Bello
  10. Niquía, municipio de Bello
  11. Ancón Norte, municipio de Copacabana
  12. Parque de las Aguas, municipio de Barbosa
  13. Papelsa, municipio de Barbosa
  14. Puente Gabino, municipio de Santo Domingo

Con la Red de monitoreo ambiental de la cuenca hidrográfica del río Aburrá-Medellín, RedRío, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá realiza su trabajo de observación y estudio de la calidad del agua. Este seguimiento periódico genera información que le permite a la autoridad ambiental, realizar una gestión integral del recurso hídrico y tener conocimiento en aspectos como: el cálculo de cargas contaminantes, la estimación de la oferta y la demanda hídrica, la definición de objetivos de calidad a corto, mediano y largo plazo, entre otros.

Simultáneamente, RedRío realiza el monitoreo de las principales quebradas afluentes al río Aburrá-Medellín para conocer el aporte en carga que éstas generan al río y adquirir información primaria y actualizada para el modelo de simulación que se convierte en una herramienta de planeación del recurso hídrico para el Área Metropolitana del Valle de de Aburrá. Algunas de las principales quebradas que son monitoreadas por RedRío son:

  • La Valeria y La Miel en el municipio de Caldas.
  • La Bermejala y La Grande en La Estrella.
  • La Doctora en Sabaneta.
  • Ayurá en Envigado.
  • Doña María en Itagüí.
  • La Aguacatala, La Jabalcona, La Presidenta, Altavista, La Picacha, La Hueso, Santa Elena, La Iguaná, El Molino, La Bermejala, La Rosa y La Seca en Medellín.
  • La Madera, El Hato, La García, La Señorita, Rodas y Niquía en Bello.
  • Piedras Blancas, El Tabano y El Chuscal (con “S”) en Copacabana.
  • El Salado y Matadero en Girardota.
  • Ovejas y La López en Barbosa.

Cuidar nuestro recurso hídrico también incluye el monitoreo de las aguas subterráneas. La red cuenta con 95 puntos de monitoreo aproximadamente, dispuestos en todo el territorio metropolitano y que se monitorean mes a mes con el propósito determinar las variaciones del nivel de las aguas para precisar las respuestas del sistema a estímulos naturales correspondientes a la variabilidad climática o efectos de las actividades humanas relacionados con el régimen de extracción de las aguas subterráneas.

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A través de los instrumentos de planificación: Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico-PORH del río Aburrá-Medellín y del Plan de Manejo Ambiental de Acuífero-PMAA del Valle de Aburrá, se pretende implementar acciones sistemáticas para la gestión integral, uso eficiente, consciente y eficaz del recurso hídrico, armonizado al modelo de desarrollo del territorio, con el fin de conservar, proteger y recuperar los ecosistemas que mejoran la oferta hídrica y las condiciones ambientales para las generaciones futuras, gracias a la concepción del agua como factor estratégico para la calidad de vida y el bienestar social, bajo un enfoque participativo, incluyente y equitativo.

De esta manera, tanto el Área metropolitana del Valle de Aburrá como la Universidad de Antioquia se unen para seguir haciendo de la cuenca hidrográfica río Aburrá – Medellín un eje de desarrollo y vida para los habitantes metropolitanos.​​​​​​​

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