Juan José Bustamante de ideó un método para que las llantas usadas sean utilizadas como refuerzo de estructura en obras civiles. La idea la fue patentada y tiene todo el respaldo técnico de la Universidad de Medellín. 

Tiregrid nació de su tesis de trabajo de grado de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad de Medellín. El objetivo de Juan José Bustamante Hernández era darle una aplicación geotécnica y geoambiental a la problemática de las llantas que entran en desuso en el país, que según cifras de este centro académico son unas 5,5 millones al año en Colombia.

Desde esa investigación se plantearon los usos ingenieriles que se les podía dar a este tipo de residuos. De ahí surgió la idea de crear un refuerzo geotécnico frente a problemas de infraestructura vial y de estabilidad de taludes. 

“Cuando me gradué, en 2016, participamos en una convocatoria de innovación que realizó la Universidad de Medellín y pasamos a realizar campañas experimentales. Sometimos a ensayos lo planteado en los estudios para saber si era válido en campo. Aparte de eso, el convenio incluyó la realización de un prototipo real y una metodología de construcción. Además de mirar la patentabilidad del sistema”, dice Bustamante. 

Después de ese proceso se lograron los objetivos y el 20 de septiembre de 2018 la Superintendencia de Industria y Comercio le concedió la patente de invención del sistema. Entre otros logros obtenidos está el reconocimiento del Área Metropolitana tras la validación de la tecnología y llevarla a la industria a través de Creame​ consiguiendo el sello de Idea Sostenible. 

“Hasta el momento todo ha sido una preincubación. Hemos entregado plan administrativo y plan de mercado para seguir validando toda la utilidad del concepto. Ha sido muy valioso todo lo que hemos logrado”, dice Bustamante. 

Las validaciones técnicas realizadas tras la presentación de la tecnología les dio el pie para realizar una verificación experimental sólida. Ese es uno de los requisitos que les pidieron desde la empresa privada y ese ha sido el fuerte desde que se empezó con todo este proyecto. 

“En este momento estamos en un proceso de conseguir y construir prototipos para que cuando empecemos a vender la tecnología los clientes se puedan basar en todas las pruebas en campo que hemos realizado. En sistemas de contención, en terraplenes, en refuerzos, en subrasantes de vías. Todo se ha tratado de eso, de poder mostrar todo lo que hemos hecho con el respaldo de la Universidad de Medellín”, agrega Bustamante. 

Entre las pruebas realizadas están las que se efectuaron en dos prototipos en Medellín y Envigado. La tecnología no tiene restricciones en los terrenos utilizados porque es flexible sea terreno agreste o plano. La forma en como están concebidas las mallas es lo que se patentó. Se quitaron los talones de las llantas y la banda de rodadura es la que se usa en forma de mariposa.

Esa forma en la que las llantas están dispuestas les da un comportamiento mecánico idean y en el suelo no depende de otro mecanismo de fijación. No se depende de otro material para que resista. Eso lo que demuestra es que se hace un ciclo de vida más a la llanta y no se necesita de más materiales para que pueda ser usada. 

Este es el compromiso y la ayuda al medio ambiente de Juan José Bustamante, un emprendedor que ya está en proceso de crear una planta en Copacabana para ofrecer servicios de creación de la malla y diseño de estructura. Y que la llanta usada, que dura unos 400 años, pueda empezar este proceso como refuerzo de estructura.​