• La Escuela de Ecología Urbana quedó constituida formalmente y se nombro su Consejo Rector Académico que se ha venido reuniendo para acordar los temas que se van a ir tocando gradualmente. Juan Luis Mejía, rector de EAFIT y presidente del Consejo Rector de esta nueva instancia, destacó que “nosotros no estamos sujetos a los tiempos de la política. Estamos sujetos a otro tipo de tiempos y esto es lo que le garantiza continuidad a una idea tan hermosa como esta”.
Con la firma de la constitución de la Escuela de Ecología Urbana, el Valle de Aburrá y Colombia concretaron uno de los más importantes logros de los últimos años para avanzar en esa línea ascendente del cuidado del medio ambiente a través del conocimiento para aplicarlo al territorio.

Para Eugenio Prieto Soto, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, este es un gran acontecimiento porque respalda el modelo que viene consolidando a este a la Entidad como uno de los esquemas asociativos territoriales más importantes de América Latina.

“En el Valle de Aburrá nos dimos cuenta de la importancia de articular y de dialogar. Y hoy tenemos esta instancia con la Escuela de Ecología Urbana que tiene a la academia y al conocimiento científico en el centro. La academia brinda la confianza para establecer un diálogo que permita ir alineando el pensamiento y encontrando respuestas y soluciones en el corto mediano y acuerdos en el largo plazo. Esto lo veníamos haciendo con los convenios entre la entidad y las diferentes universidades, pero con la Escuela de Ecología Urbana logramos vincular más a la ciudadanía", asegura Prieto.

En ese sentido, desde la Escuela se aborda la problemática ambiental desde el concepto de ciencia ciudadana y de universidad y territorio, que se ha venido manejando desde la Cátedra Unesco y que se ha promovido desde la Entidad durante los últimos cuatro años.

La Escuela empezó a trabajar con un tema transversal en el territorio como la calidad del aire, que de la misma manera tiene que ver con aspectos tan importantes como la movilidad, la producción y construcción sostenible, el desarrollo urbano, el cuidado de las fuentes hídricas y la disposición de residuos, entre otros aspectos fundamentales para el territorio.

Además, en esta instancia también se empezó a trabajar en la manera de cómo se fragmentan los ecosistemas con el acelerado crecimiento urbano y desde ahí cómo se pueden regenerar esos ecosistemas y los servicios ecosistémicos en el Valle de Aburrá.

Para Juan Luis Mejía, rector de EAFIT y presidente del Consejo Rector de Escuela de Ecología Urbana, la creación de esta instancia de conocimiento va en consonancia con el Objetivo 17 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que habla de las alianzas para lograr construir el desarrollo sostenible. De ahí que las universidades, convocadas por el Área Metropolitana, llegaron, no a constituir un nuevo orden jurídico, sino a construir una plataforma para juntar todo ese conocimiento en el territorio. Además, sostuvo que “nosotros no estamos sujetos a los tiempos de la política. Estamos sujetos a otro tipo de tiempos y esto es lo que le garantiza continuidad a una idea tan hermosa como esta".

“Hablamos de movilizar a las nuevas generaciones, pero creo que son las nuevas generaciones las que nos están moviendo. Si no estamos sintonizados con ellos, pues son ellos quienes toman la acción. La investigación y la capacidad que tenemos las universidades, gracias al apoyo del Área, y todo ese conocimiento, es un acervo muy importante", comenta Mejía.

Y en ese trabajo colaborativo, Margarita Pacheco Montes, representante de la Cátedra Unesco de Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cataluña, sostiene que es muy importante sentir que se le da un valor agregado al conocimiento.

“Este acercamiento con el proceso que se vive en el Valle de Aburrá en un momento en que la Cátedra Unesco ha aportado mucho a Colombia. Es muy bueno que juntemos esos esfuerzos para el país y mostrar ese avance hacia el mundo", dice Pacheco.

Todo esta interacción entre las universidades demuestra, para John Jairo Arboleda, rector de la Universidad de Antioquia, que se tienen intereses comunes y objetivos superiores frente a la sociedad.

“Creo que estamos tocando temas esenciales para la vida humana y de los cuales nadie se puede abstraer. Este tema es de importancia para el mundo. Esta sumatoria de fortalezas solo puede dar como resultado cosas buenas. La sociedad debe entender el enorme valor que tienen las sociedades y esto debe redundar en beneficios para la sociedad. Este es el mensaje que enviamos con esta Escuela de Ecología Urbana para aunar esfuerzos con un propósito superior", expresa Arboleda.

Para Diego Alonso Marulanda Díaz, vicerrector de la Universidad Pontificia Bolivariana, una instancia como esta demuestra la importancia de conversar entre las diferentes instancias y plantear soluciones para tocar los temas fundamentales que afectan a la comunidad.

“Creo que en la medida de que tengamos la oportunidad de conversar, para tomar decisiones inteligentes, intersectoriales, esto será cada vez más importante para todos. Creemos que esta Escuela de Ecología Urbana es una buena oportunidad para construir un currículo con unos contenidos que nos permitirán unos aprendizajes y esto nos mostrará con quién hacemos el camino. Esta conversación entre el Estado, la academia, la comunidad y la empresa privada es fundamental", dice Marulanda.

La Escuela de Ecología Urbana celebró su primera asamblea el pasado 15 de noviembre y ha venido realizando diferentes actividades académicas en pro de articular ese conocimiento y aplicarlo en el territorio.