A la par de la proliferación de bicicletas en el Valle de Aburrá ha surgido la necesidad de más cicloinfraestructura.

En algún rincón de este territorio del Valle de Aburrá se está gestando a esta hora un gran proyecto de innovación. Otros ya fueron gestionados pero esperan salir al mercado después de cumplir un largo, necesario y sólido proceso de certificación y definición de un plan de negocios.

Jorge Durán y otros tres compañeros andan en esas y están a punto de darle vida a un sueño: desarrollar un programa que permita la sistematización de los cicloparqueaderos que serán necesarios para responder a la demanda que se está dando a la par con la construcción de cientos de kilómetros de ciclorrutas en los 10 municipios del área metropolitana, cuyo objetivo es entregarles a los ciudadanos no menos de 120 nuevos kilómetros de rutas para las bicicletas al finalizar 2019.

Jorge ha recorrido el territorio de norte a sur y de oriente a occidente y no sólo vio en la cicloinfraestructura un modelo de movilidad sostenible, sino una oportunidad de negocio rentable y amigable con el medio ambiente. Creó Ciclobosque y es uno de los finalistas en los reconocimientos sobre Emprendimiento Sostenible que lidera el Área Metropolitana y coordina la incubadora de empresas, Créame.

Jorge se percató que existe una necesidad de espacios que fomenten el uso de las bicicletas como medio de transporte seguro y económico y que uno de los mayores obstáculos para masificar el uso de la bici tiene que ver con la falta de parqueaderos, en especial en los corredores de movilidad que conectan los distintos modos de transporte en el Valle de Aburrá: metro, metroplús, rutas alimentadoras, transporte público colectivo y, por qué no, tener espacios en las estaciones de los metrocables.

También conoció que muchas empresas localizadas en el territorio metropolitana están incentivando el uso de las bicicletas como medio de transporte para ir al trabajo y que quienes más las usen podrán recibir incentivos, unos representados en días de descanso, y otros, en menores tarifas para usar otros sistemas de transporte multimodal.

Fue así como pensó en desarrollar un programa que permita sistematizar las soluciones a los problemas de cicloparqueaderos, incluidos los asociados a la infraestructura, y administrar la información sobre los usuarios que usen esos espacios, siempre en los términos de la seguridad, la calidad del servicio y la oportunidad en los tiempos de desplazamiento.

La propuesta de negocio que permitió a Jorge y a su grupo conseguir un acompañamiento del Área y de Créame busca desarrollar una plataforma WEB en la que se pueda administrar la demanda de los usuarios a los sitios de parqueo de bicicletas en los lugares que se construyan, bien sea por iniciativa pública o privada. Ciclobosque no sólo ofrece el servicio tecnológico, sino que está en capacidad de acompañar el diseño, la ejecución y la puesta en funcionamiento de los cicloparqueaderos, que pueden ser manuales o automatizados.Para ello, están desarrollando los prototipos y ya terminaron todo el proceso de acompañamiento y de asesoría que les obliga hacer la incubadora de empresas, entre otros, elaborar los planes de negocios, financieros, jurídicos.

El sistema de almacenamiento de la información que entrega el usuario tiene todos los protocolos de seguridad y la forma en que los usuarios pueden hacer uso del mecanismo puede ser a través de biométrica, ingresando el número de la cédula, de forma digital o con una tarjeta como la Cívica que se usa para usar el metro.

En dos semanas se entregarán los reconocimientos al Emprendimiento Sostenible y Jorge espera que para entonces pueda dar vía libre al desarrollo de los prototipos y muchas empresas se vinculen a su estrategia de negocio para ampliar las posibilidades de los usuarios a tener la infraestructura necesaria y la tecnología suficiente para que la bicicleta sea la reina de la movilidad sostenible en el Valle de Aburrá.