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En el municipio de La Estrella, que por su topografía de pendiente se hace difícil usar la bicicleta, un joven ingeniero desarrolló un dispositivo capaz de mejorar el desempeño de esos aparatos. Hasta Chris Froome quisiera tenerlo.

Ya quisiera el múltiple campeón del mundo de ciclismo, Chris Froome, conocer a Édgar Darío Ospina, un ingeniero mecánico de La Estrella, y pedirle el favor que le muestre cómo es que funciona el dispositivo que está creando para adaptar a los caballitos de acero y mejorar su desempeño, no sólo subiendo, sino bajando.

Bueno, no sólo Froome estaría interesado en el tema, sino todos los que tienen una bicicleta en su casa, pero muchas veces no la usan porque encuentran que la topografía de la ciudad no les favorece. Sobre todo en su tierra natal, La Estrella, donde las pendientes de las vías son como para premios de montaña de categoría especial.

Esa condición geográfica y saber que La Estrella está comprometida en hacer de la bicicleta la mejor alternativa para movilizarse dentro y hacia otros municipios llevó a Édgar a pensar en la oportunidad de desarrollar un dispositivo que pudiera acoplarse a cualquier tipo de bicicleta y mejorar la velocidad en terrenos planos y la potencia en zonas de alta pendiente. Un gana-gana.

Con su esposa y el apoyo de su familia, Édgar comenzó a observar que el Sistema de Bicicletas Públicas, EnCicla, que administra y opera el Área Metropolitana en el Valle de Aburrá sólo llegaba hasta Sabaneta y que muchos usuarios que viven en La Estrella encontraban obstáculos a la hora de usar la bici como medio de transporte, en especial porque era muy “duro” subir a sus casas. Con el dispositivo de acople que está desarrollando, ya no habrá excusas para no moverse en cicla.

Lleva varios meses en el proceso de asesoría para montar su negocio pronto y Créame lo viene acompañando en la estructuración de su plan de negocio y financiero y espera ser uno de los que reciba capital semilla por parte del Programa de Emprendimiento Sostenible del Área Metropolitana para sacar al mercado su invento. Ya tiene en la mira al propio sistema EnCicla como potencial cliente y Édgar presupuesta que su dispositivo puede cambiar la forma de moverse dentro del Valle de Aburrá.

De las cuentas a mano alzada que está haciendo, el costo del dispositivo puede salir al mercado a un precio de un millón 250 mil pesos, que irá disminuyendo a la misma velocidad en que se masifique su uso y su demanda. Se piensa en una producción inicial de 10 unidades por mes.

Por lo pronto, mientras Édgar Darío sigue haciendo su trabajo como empleado de Imrecol, su esposa y su familia siguen “puliendo” los diseños del prototipo para que cuando se baje la bandera y se autorice formalmente su producción, nadie se quede parado por falta de existencias.

Esperamos que su “invento” brille como una nueva “Estrella” dentro del competido mundo de la innovación y el emprendimiento.