• ​Por primera vez en más de una década, Madrid lleva a otra latitud el Foro de Ciudades (IFEMA) y es Medellín la que recibió a un selecto grupo de expertos en temas de planificación y desarrollo sostenible. Lola González fue una de ellas.

Si las ciudades tienen acento, el del Valle de Aburrá bien podría ser español. No sólo hemos recibido del país ibérico su cultura y sus referentes urbanos, sino que seguimos cultivando una hermandad que supera cualquier gratitud.

Lola González es la directora del Foro de Ciudades, Feria de Madrid, que acaba de estar en Medellín para compartir con un nutrido grupo de expertos buena parte del modelo de transformación que ha tenido Medellín como ciudad núcleo del territorio metropolitano, donde se ha replicado con éxito algunas de las mejores prácticas en asuntos relacionados con el urbanismo, el transporte público, los ecosistemas, la ciclocaminabilidad, la educación y la cultura. Con ella hablamos de las cosas buenas que siguen pasando por este territorio, pero también de lo que debemos y tenemos que seguir haciendo para asegurar la sostenibilidad de nuestras ciudades.

¿Qué nos define como ciudad desde esa concepción milenaria que tiene la palabra Foro?


Lola González: En Medellín y, muy especialmente, en el Valle de Aburrá se concreta lo que nos define a nosotros y define al mismo Foro de Ciudades cuando lo concebimos: el diálogo. Esa conversación en múltiples vías. El diálogo entre todos los agentes que participan en la creación de las ciudades. Por supuesto que hablo de las administraciones, pero, sobre todo, de las personas, de las instituciones, de los colectivos de ciudadanos. Basta con escuchar y ver lo que está haciendo Medellín en todo este proceso de transformación. El Alcalde de la ciudad no sólo habla, sino que muestra hechos y realidades de un territorio que cada vez más pone a la gente en el centro de las decisiones. Eso fue, precisamente, lo que nos llevó a elegir a Medellín como el mejor socio para organizar este Foro en Iberoamérica, porque nació con esa idea de propiciar un diálogo en el que todos podamos aprender juntos.

Y vaya que hemos aprendido de Ustedes también…


Claro, pero lo de acá es mucho más representativo para nosotros. La innovación social aplicada a todas sus facetas de la ciudad, desde el aspecto urbano, la re-naturalización de sus espacios y corredores y, por supuesto, de la movilidad hacia modelos sostenibles y limpios, es algo que hace más la diferencia respecto de otras ciudades y eso es lo que vemos desde afuera. De lo que se trata este Foro es poder llevar estos ejemplos hacia el resto del mundo y, sin duda, Medellín es ahora un referente mundial de buenas prácticas en lo urbano y lo social.

Y nos llena de orgullo que nos reconozcan, pero podrías decirnos y aconsejarnos en qué podemos avanzar más y mejor. ¿Cómo podemos mejorar más lo que ya hemos alcanzado?


Lo que se está haciendo, está bien, y eso no lo podemos aplicar todos, y ya resulta bastante bien para vosotros. El énfasis siempre estará en cómo hacer para mejorar cada vez más la calidad de vida de las personas. Ya lo hemos escuchado acá, en Medellín, se ha logrado mejorar la calidad del aire pese a los problemas asociados a la contaminación, hay un desarrollo urbano más verde y con mejores espacios públicos, ​el transporte está cada vez más integrado y funciona con energías limpias; luego, la innovación social es el camino para avanzar, porque los verdaderos cambios en la ciudad se dan si van de la mano de las personas que habitan en ellas. Hay que escuchar a la gente y la gente debe ser activa para acompañar la toma de las decisiones.

¿Y eso está pasando en el resto del Continente?


Cada vez está pasando con más fuerza y en todas partes, pero no podemos desistir en el compromiso de abrir muchos más espacios de diálogo multinivel. El propio Alcalde Federico Gutiérrez lo dijo acá: las agendas globales no sirven para mucho si no se llevan a lo local y si no se les da poder a los ciudadanos. Creo que el éxito de este territorio metropolitano es que les ha dado poder a los ciudadanos.

¿Son conscientes esos ciudadanos de los retos globales del desarrollo?


Hay voluntad de las partes en propiciar esos espacios de diálogo como instrumentos de conversación hacia la acción ciudadana. Hay voluntad política también. La agenda 2030, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es una ruta segura para todos nosotros, para cualquier ciudad del mundo dentro de sus agendas urbanas, de su Gobernanza. Los ODS es una ruta válida para no perdernos. Se están haciendo cosas, pero no olvidemos que los retos a los que se enfrentan hoy las ciudades van creciendo exponencialmente, porque cada vez hay más personas y, en consecuencia, los territorios también crecen. Tenemos que re-pensar cómo va a ser el metabolismo de esas ciudades.

¿Pasa ese metabolismo por la innovación y la tecnología, ahora que somos sede de la Cuarta Revolución Industrial para América Latina?


Sin duda. Esa Cuarta Revolución debe incluir el factor humano, que parece haberse olvidado en medio del urbanismo salvaje. Hay que volver a la esencia, a la solidaridad de las ciudades y, en eso, los medios de comunicación jugarán un papel preponderante. Estos foros, por ejemplo, no son importantes si no llevamos el mensaje y los aprendizajes a la gente de a pie. Sólo así se garantiza la acción, la movilización hacia los hechos y las transformaciones.

La Cepal habla en sus estudios sobre las ciudades de un concepto llamado “Déficit de protección social”. ¿Lo tenemos acá?


Por supuesto y es otro gran reto dentro del modelo de ciudades que queremos liderar desde el Foro. La presión humana en las ciudades, no obstante la integración a través de modelos de transporte o urbanísticos, hace necesario cambiar las ecuaciones del desarrollo. Los pilares de la sostenibilidad, aparte de los ambientales, son sociales. Lo social demanda un nuevo desarrollo económico, no sólo de las grandes empresas, sino de la pequeña economía de barrio, de cuadra, de lo que llamo economía del bien común. Eso es básico para que una ciudad sea realmente sostenible. La innovación social tiene que llegar también al modelo económico, porque de nada nos sirven las infraestructuras y los centros de innovación modernos si desde allí no se impacta de forma positiva la calidad de vida de las personas que habitan los territorios. Estamos hablando de otra forma de economía, de una economía humana.

Una economía humana con un soporte fundamental: los jóvenes. ¿Cómo potenciar toda esa nueva energía de los llamados Centenials?


Los retos a los que nos enfrentamos como humanidad, que son los retos del planeta, son trascendentales, pero es cierto que llevamos mucho tiempo reflexionando sobre ellos y es hora de actuar. Los ODS, las agendas locales, nos señalan, de vez en cuando, por dónde es que tenemos que ir, o qué no estamos haciendo bien. Las nuevas generaciones son cada vez más conscientes de que heredan un mundo agotado en algunos de sus recursos, y que ellos tienen un papel de cambiar eso, porque es acá donde van a vivir. Lo bueno de todo es que esos jóvenes tienen una nueva escala de valores, son una generación altamente formada y con aspiraciones que van más allá de lo material y lo suntuoso, con mayores oportunidades y, en especial, una generación muy conectada y dispuesta a movilizarse en torno a objetivos comunes. Luego, hay motivos para soñar que podemos revertir el camino y asegurarles un mejor planeta.

¿Es la Escuela de Ecología Urbana que propone el Área un buen camino hacia ese objetivo?


Este modelo debemos tenerlo en cuenta dentro de lo que hacemos como Foro de Ciudades. Las escuelas sostenibles, incluso con enseñanzas de lo que es la verdadera sostenibilidad y su triple vértice de lo económico, lo ambiental y lo social, obedecen a pensamientos transversales, que tienen que estar en todas las actividades que desarrollamos. La ecología urbana es un punto adicional a esa formación integral de los ciudadanos que nos ayuda a reflexionar sobre cómo tenemos que cuidar aquello en donde estamos. La Escuela de Ecología Urbana es una magnífica idea del Área Metropolitana y debe replicarse, no sólo en otras ciudades de Colombia, sino del Continente, incluida Madrid, que es de donde yo vengo.

Tú conoces buena parte del mundo, pero si pudieras definir con una expresión a este Valle de Aburrá, ¿qué dirías?


Este es un territorio acogedor, que tiene un asunto diferenciador respecto de otros lugares, y es que tiene identidad propia. Acá se puede descubrir que sus ciudadanos tienen conciencia de habitar un territorio especial, con un enorme compromiso de avanzar, y que tiene líderes con voluntad de hacer los cambios necesarios para vivir mejor.