• La Declaración del Valle de Aburrá y de las Áreas Metropolitanas de todo el mundo es un enorme paso en la consolidación de una nueva Gobernanza desde lo local, pero con visión global. Gracias.

La Declaración del Valle de Aburrá y de las Áreas Metropolitanas de todo el mundo que se reunieron en Medellín a mediados de julio es, sin duda, uno de los acontecimientos más importantes en la historia del territorio metropolitano, de Antioquia y de Colombia. 

El hecho de haber construido juntos un documento base que será llevado a la Cumbre Sobre Diversidad Biológica COP15, por realizarse en China en 2020, representa no sólo un reconocimiento mundial al papel protagónico de las metrópolis en la nueva agenda urbana, sino un espaldarazo a las acciones, proyectos y programas que viene adelantando el Área Metropolitana del Valle de Aburrá en la consolidación de una nueva Gobernanza. 

Una Gobernanza que, como lo hemos dicho antes, es el resultado de un amplio ejercicio de diálogo y de articulación con todos los actores del territorio, pero también con las instancias regionales, nacionales e internacionales, que entendieron que no es posible avanzar solos ni menos con visiones individuales y cortoplacistas sobre el desarrollo sostenible y la sustentabilidad de nuestra Casa Común. 

Sin pretensiones distintas a liderar ese amplio proceso de diálogo, sí creemos que lo hecho desde esta entidad del Valle de Aburrá ha significado un valioso cambio en la perspectiva de la planificación urbana del territorio, sobre todo, reconociendo lo bueno que se ha hecho a lo largo de casi cuatro décadas de existencia del Área Metropolitana, sin dejar de reconocer que subsisten complejas problemáticas que es necesario enfrentar con firmeza, transparencia y unión de fuerzas. 

Un solo ejemplo de lo que somos capaces está relacionado con la gestión por la calidad del aire y la puesta en marcha de tres valiosos instrumentos para su sistematización: el PIGECA, el POECA y el Pacto por la Calidad del Aire. 

Si algo nos debe movilizar en bloque por la sostenibilidad ambiental del Planeta es la evidente sintonía que encontramos con el resto de áreas metropolitanas de los cinco continentes que estuvieron acá en Medellín, en el sentido de que no es posible seguir haciendo acuerdos globales sin entender y, por ende, aplicar sus alcances en la esfera local. No por casualidad es que Naciones Unidas ha dicho que la próxima década será la de la Biodiversidad y de las Metrópolis. 

La Declaración del Valle de Aburrá y de las Áreas Metropolitanas del mundo recoge esa manifestación en la pone en modo Cumbre Mundial. Lo que esperamos todos es que las grandes potencias que se van a reunir en China, el año entrante, escuchen este clamor internacional sobre la necesidad de fijar metas y compromisos realistas para detener y revertir el enorme daño que le hemos causado al Planeta. La sola cifra es escalofriante, pero no nos puede paralizar: en 40 años perdimos el 60 por ciento de todas las especies que tenía nuestra tierra, y si no actuamos ya, ponemos en alto riesgo nuestra propia supervivencia.

El modelo sistémico que ahora tenemos en nuestro territorio no sólo ha sido validado y reconocido por la comunidad internacional, sino que se ha convertido en un referente y en un modelo que es posible replicar en muchas otras ciudades del mundo que, como la nuestra, sufre a escala los rigores de un proceso de urbanización desbordado, de alto consumo de combustibles fósiles por el exponencial incremento del parque automotor, de alta demanda de agua, millones de toneladas de residuos sólidos no aprovechados, y un sistema de producción y de consumo sin parámetros de sostenibilidad.

Le hemos hablado al mundo desde nuestro Valle de Aburrá y esperamos que nos escuchen, porque estamos convencidos de que el diálogo y la articulación desde lo local es el camino más seguro para que las agendas globales tengan impacto y perduren en el tiempo.

Eugenio Prieto Soto
Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá