La gestión de la calidad del aire debe representar un compromiso entre todos los actores del territorio para encontrar puntos comunes que nos aseguren la sostenibilidad. 

Desde tiempo atrás, el territorio metropolitano del Valle de Aburrá ha venido haciendo enormes esfuerzos y recopilando valioso conocimiento científico e información técnica sobre la calidad del aire. Se han realizado invaluables proyectos sobre transporte sostenible, y la existencia hoy de un sistema metro, acoplado al metroplús, a los metrocables, al tranvía, a las ciclorrutas, la ciclocaminabilidad, es el resultado de la visión de largo plazo. No obstante el acelerado crecimiento urbano, nos ha faltado mayor articulación en la planificación del territorio. 

El Área Metropolitana, como autoridad ambiental, de planificación y de movilidad en el Valle de Aburrá, tiene la responsabilidad de sistematizar la problemática que se desprende de los procesos de urbanización y ocupación de los territorios. Uno de ellos es el de la calidad del aire. 

RedAire lleva 25 años construyendo conocimiento alrededor de ese tema y es una de las ventajas para recuperar la articulación con las instituciones, las empresas, la academia, las organizaciones sociales, y la propia ciudadanía. La búsqueda es gestionar con eficiencia y eficacia los problemas asociados al crecimiento del territorio, y encontrar con la participación del Gobierno nacional soluciones sostenidas en el tiempo. La gran dificultad, no obstante los innegables avances, es que existen brechas, vacíos, distanciamientos y discontinuidad en la consolidación del diálogo, la concertación, la articulación, la integración y el seguimiento de los instrumentos de planificación del territorio por parte de todos los actores en el Valle de Aburrá. Es justo aceptar que en muchas ocasiones, esa desarticulación también obedeció a los cambios en la normatividad nacional respecto de los temas centrales de la planificación territorial en las grandes ciudades. 

¿Hacia dónde vamos? Creemos que la conversación que se ha desatado en el territorio en temas centrales, entre ellos el de la calidad del aire, tiene que ir dirigida hacia la planificación, la ejecución y el control para administrar esas problemáticas. 

Como la ha dicho el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, un paso fundamental hacia ese objetivo es reconocer que tenemos un problema de contaminación y que la solución pasa por entregar a los ciudadanos toda la información sobre lo que ocurre con la calidad del aire. La transparencia es un precepto fundamental de la confianza y el diálogo con todos los actores del territorio. 

Así, como son palpables los logros y los avances en materia de estudios científicos de medición de calidad del aire (Siata es un ejemplo para mostrar), de sinergias empresariales lideradas en buena parte por EPM, también debemos reconocer que hay baches que se dan por falta de esa permanente articulación que demanda la planificación con criterios de sostenibilidad y sustentabilidad, y el desarrollo con equidad humana y territorial. 

Los territorios, como las organizaciones, las empresas y las comunidades, no pueden planificar sin saber cómo responder a la pregunta ¿Hacia dónde vamos? Y nosotros, como Área Metropolitana, estamos trabajando en la ruta ¿Hacia dónde vamos ?, en una necesaria Alianza por la Sostenibilidad. 

Y para ello sí que es necesario que exista un Plan Integral de Gestión de Calidad del Aire que acoja los principios rectores de esos “Hacia dónde vamos para que, independientemente, de quiénes son los que ejercen el liderazgo institucional, empresarial, académico o ciudadano, público o privado, logren un acuerdo de sociedad hacia el largo plazo. De ahí la importancia y la urgencia de los pactos. Y es por eso por lo que acompañamos al alcalde de Medellín y Presidente de la Junta Metropolitana, Federico Gutiérrez, y a los nueve mandatarios del Valle de Aburrá, en la firma de un gran Pacto por la Calidad del Aire, dentro de un diálogo permanente y concertado con los demás actores del territorio. 

Ese gran Pacto, en esencia, es el compromiso de todos esos actores de articular integrar, consolidar y hacer seguimiento permanente de esos instrumentos de la planificación con equidad. Y es justo hacer un reconocimiento a la capacidad del territorio para avanzar desde el diálogo entre lo público y lo privado, entre lo institucional y lo social, en la creación de una agenda común del desarrollo con visión de corto, mediano y largo plazo, dentro de unos acuerdos que se deben implementar de forma gradual y bajo criterios de corresponsabilidad. 

Hemos insistido en que los elementos que son transversales, no sólo al Pacto por la Calidad del Aire, sino a todos los procesos de construcción colectiva, son el diálogo, la articulación, la integración interinstitucional, intersectorial, de lo público y lo privado, con la academia, el sector social y la ciudadanía. Los verbos rectores para lograrlo son la planificación, ejecución, seguimiento y control. ¿Cómo hacerlo? Con educación, corresponsabilidad y cultura, a través de un sistema de comunicación pública y de movilización social que garantice su continuidad en el tiempo. Esa es nuestra apuesta.

Eugenio Prieto Soto

Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá​