Del tamaño de nuestra riqueza en biodiversidad es la amenaza. Nos ha faltado conciencia ambiental para cerrar filas en torno a la protección de nuestros bosques, nuestras quebradas y, en especial, de la flora y la fauna que habita en el Valle de Aburrá y en sus fronteras con el Departamento.
Aún así, el Área Metropolitana viene trabajando de la mano con las demás corporaciones autónomas regionales (Corantioquia, Cornare y Corpourabá), con el Ministerio de Ambiente, Parques Nacionales y el Instituto Humboldt, entre otros, en distintos programas para la protección y conservación de los ecosistemas estratégicos urbanos.
Este especial periodístico, dedicado a la protección de la fauna y la flora silvestre, da cuenta de esas iniciativas y los resultados obtenidos en los últimos años, después de haber declarado como Hecho Metropolitano el Bienestar Animal y adelantar un ambicioso proyecto de regeneración de los ecosistemas urbanos, con programas como el Plan Siembra, con el que se han plantado más de 800 mil nuevos árboles en los 10 municipios del Valle de Aburrá, de una meta fijada en un millón al finalizar 2019.
La protección ambiental en el territorio metropolitano pasa por la declaratoria de 12 zonas libres de fauna silvestre en cautiverio, así como la conformación de siete áreas protegidas urbanas y la abolición total del uso de animales de tracción animal, con Barbosa y Caldas como los últimos bastiones donde se llevaba a cabo esa mala práctica.
No somos ajenos a la realidad que se vive en el resto del Departamento, del país y del mundo, donde el tráfico de animales es el tercer negocio ilícito más rentable para las mafias que saquean los hábitat.
Les contamos cómo operan esas redes, pero también como existe un comité interinstitucional en Antioquia que lucha contra ese tráfico ilegal y se articula para proteger la vida de nuestras especies.
Nuestro compromiso es natural, pero demanda mayor conciencia ciudadana, mejores prácticas ambientales y eficaces políticas nacionales para enfrentar con decisión las amenazas sobre nuestros ecosistemas.
Este informe especial es una invitación a actuar en bloque por la libertad de nuestras especies, que es la misma libertad que reclamamos para nosotros.
