El Plan Integral de Gestión de la Calidad del Aire (PIGECA), producto de la participación conjunta de los actores público-privados, la academia, los empresarios, los líderes sociales, los colectivos ambientales y la ciudadanía, ha sido la ruta que el territorio diseñó para enfrentar los problemas asociados a la contaminación atmosférica y a los retos del cambio y variabilidad climática.

Dicho Plan, que contiene 10 acciones integrales y sistémicas y cinco medidas transversales, es el instrumento acordado para revertir en el mediano y largo plazo los efectos sobre el deterioro ambiental y las daños a la sostenibilidad del territorio del Valle de Aburrá, que no sólo es aplicable a la aglomeración metropolitana, sino a muchas otras ciudades del país y del mundo, que no obstante tener condiciones geomorfológicas distintas, sí enfrentan los mismos desafíos ambientales ante el crecimiento exponencial de las viviendas, las industrias, el parque automotor y la demanda de bienes y servicios a costa del daño a los bosques y los recursos hídricos.

El PIGECA es la llamada dieta del territorio y, dada su importancia y dimensión como instrumento para la planificación urbana con criterios de sostenibilidad ambiental, económica y social, fue presentado a fines de octubre en la I Conferencia Mundial de la OMS sobre la contaminación del aire y la salud que se realizó en Ginebra, Suiza.

Allí, el director del Área Metropolitana, expuso los alcances de dicho Plan y mostró los resultados obtenidos en los últimos dos años en torno a las medidas contenidas en el Protocolo para enfrentar los Episodios por Contaminación Atmosférica (POECA).

La importancia del Plan, entre muchas otras, es que puso al ser humano en el centro de las decisiones y el conocimiento técnico y científico como eje fundamental en la toma de decisiones en el corto, mediano y largo plazo.

A las mesas de trabajo con los distintos actores del territorio, local, regional y nacional, academia, empresarios y ciudadanía, el Área Metropolitana, por decisión de la Junta Metropolitana, contrató un estudio epidemiológico con la Facultad de Salud Pública de la U. De A., con el fin de obtener evidencia científica sobre la estrecha relación entre contaminación del aire y la salud de los ciudadanos.

Esos resultados, que están en la etapa de análisis y socialización con todos esos actores del territorio, ayudará a tener un diagnóstico mucho más preciso y riguroso sobre cuáles son los sitios del Valle de Aburrá donde esa incidencia es mucho mayor y, por ende, tomar decisiones técnicas en los puntos y medidas adoptadas dentro del Protocolo y del Plan Integral de Gestión por la Calidad del Aire.

El PIGECA es un plan sistémico, articulado y multiescalar que tiene otros instrumentos que contribuyen a la gobernanza, no sólo del aire, sino de todo el territorio, porque los fenómenos que contribuyen a la problemática de la contaminación atmosférica están ligados al modelo de ocupación urbana, al uso de los recursos no renovables, a la explotación de los bosques, el cambio climático y medio ambiente sostenible.

Uno de los documentos base que tuvo en cuenta el Área Metropolitana en la formulación de su Plan de Gestión “Territorios Integrados” 2016-2019, fue precisamente el elaborado por la Cumbre de París sobre Cambio Climático y las recomendaciones de la OMS que en él están contenidas respecto de la necesidad de conservar los ecosistemas estratégicos, aumentar el espacio verde en las grandes ciudades y proteger los recursos hídricos, entre otros, y reducir los gases de efecto invernadero.

Cómo ha sido todo el proceso de articulación y diálogo con los actores del territorio y cuáles son las acciones previstas dentro del PIGECA es parte de lo que el director del Área Metropolitana, Eugenio Prieto Soto, está explicando en Suiza, y con las infografías que están en las páginas 14 y 15 de este especial se podrá ver con más claridad cómo es la estructura del Plan.

"El Plan de Gestión Integral sobre Calidad del Aire es la dieta del Territorio”.

​