El Área Metropolitana del Valle de Aburrá liberó y reubicó en compañía de Corantioquia, Cornare y Corpourabá 10.765 animales silvestres que fueron traídos a la región de manera ilegal desde 2016. Además, la Entidad trabaja en campañas educativas para que no se tenga fauna silvestre en los hogares y para combatir el tráfico ilegal.

El Área Metropolitana del Valle de Aburrá trabaja, de manera permanente, para el control del tráfico del fauna y flora silvestre. Esta es una labor articulada de años atrás con el Comité Interinstitucional de Fauna y Flora de Antioquia del que hacen parte la Gobernación de Antioquia, Cornare, Corantioquia, Corpourabá, Fiscalía y Policía Nacional. 

600 Animales silvestres a​l mes son recibidos por el Área Metropolitana en su Centro de Atención y Valoración.

50% d​e la fauna silvestre recuperada en el territorio son reptiles; 25% son mamíferos y el otro 25% son aves.

“A nuestra región viene una cantidad muy importante de fauna de otros lugares del país. Hacemos un trabajo muy grande en sensibilización. Por eso nos concentramos en este punto para que entreguen esas especies voluntariamente y comenzar ese proceso de rehabilitación. Todavía hay mucho para hacer en la materia porque la ciudadanía sigue teniendo animales como loros, guacamayas, osos perezosos, serpientes y reptiles, entre otros, en sus viviendas ”, expresa María del Pilar Restrepo Mesa, subdirectora Ambiental del Área Metropolitana del Valle de Aburrá. 

En ese trabajo de concientización es muy importante que se entienda que tener fauna silvestre genera un daño muy grave al ecosistema de donde provienen porque hay una relación de interdependencia de la fauna con la flora. Si se retira la fauna del bosque, pues no se puede cumplir esa función ambiental. 

Además, por cada animal silvestre que llega al Valle de Aburrá se calcula que mueren ocho en el camino y también que se genera un riesgo zoonótico para las familias porque estos animales pueden transmitir enfermedades a los miembros de un hogar.

De vuelta a la libertad


En ese trabajo que hace la Entidad se destaca la labor de La Red de Tratamiento, que comprende todo el proceso desde que los animales son recuperados hasta que son liberados. Se divide en varios procesos. Cuando el animal se recupera se lleva a la Estación de Paso, ubicada en el Jardín Botánico de Medellín, donde se le hace una primera valoración.

Luego se traslada al Centro de Atención y Valoración (CAV), que queda en Barbosa y opera en convenio con la Universidad CES. Todos los días sale un vehículo en la tarde a llevar los animales que se han recuperado en el día. La Red de Tratamiento funciona las 24 horas durante toda la semana y la Estación de Paso, de lunes a viernes (entre siete de la mañana y ocho de la noche); y los sábados (entre ocho de la mañana y una de la tarde).

En el CAV, donde trabajan 18 profesionales, hay biólogos, bacteriólogos, médicos veterinarios y personal de oficios varios. Cuando los animales llegan a este centro, la bióloga realiza una taxonomía para clasificar y definir de qué parte del departamento o del país provienen.

Cuando se identifica de qué parte fueron traídos al Valle de Aburrá, y después de que están sanos y en buenas condiciones para volver a su hábitat, se conforman grupos para ser liberados. 

Una de las razones por las cuales se hay un volumen tan grande de animales recuperados en la región es que muchas personas desconocen la legislación y tienen una idea errada en cuanto a lo que son animales de compañía. Y en la mayoría de los casos cuando se les enferma una especie de estas se encartan con ellas y las entregan o abandonan. 

Los controles


El Área Metropolitana realiza constantes inspecciones con las clínicas veterinarias de los 10 municipios metropolitanos para controlar que estos establecimientos no reciban fauna silvestre. En muchos casos los procesos en el CAV, debido a la mala condición en la que ingresan los animales, se demoran más de los tres meses para recuperarse y en otros, los animales mueren debido a los malos tratos recibidos en cautiverio.  

“El Área Metropolitana recibe un promedio de 20 animales al día. Eso quiere decir que al mes son unos 600. De esos, unos 570 no podemos reubicarlos en este territorio por dos razones: una, que somos autoridad urbana; y la otra, que esos animales no son del Valle de Aburrá. Somos la autoridad ambiental que más animales recibe en todo el país”, dice Sebastián Benavides Arteaga, zootecnista encargado de la Red de Tratamiento de Fauna Silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Ahí es donde el Área Metropolitana del Valle de Aburrá realiza alianzas con las diferentes corporaciones regionales de los diferentes departamentos y municipios para poder liberar esas especies en sus hábitat. Entre 2016 y 2019 se han realizado alianzas con los departamentos de Córdoba, Bolívar, Risaralda, Cundinamarca, Amazonas, Caquetá para darle feliz término al proceso de reubicación.

“De esos animales recuperados, el 92% se da por entrega voluntaria. Este es un gran indicador porque refleja que la ciudadanía se está dando cuenta de que no se debe tener fauna silvestre en cautiverio. Además, con la entrada en operación del nuevo Código de Policía se contemplan multas de hasta 5.000 salarios mínimos legales vigentes y, en algunos casos, prisión”, agrega Benavides. 

El Área Metropolitana, desde 2016, ha liberado 5.095 animales en diferentes lugares del país. De ellos, el 50% son reptiles, el 25% mamíferos y el 25% restante son aves.  

Estrategia conjunta


Estas iniciativas van de la mano del arbolado urbano, para que todos los animales que habitan la región metropolitana puedan coexistir de buena manera. En ese sentido estrategias del Área Metropolitana como el Plan Siembra Aburrá, en el que ha la fecha se han sembrado 800.000 árboles de una meta de 1.000.000, entre 2016 y 2019, son un soporte fundamental para la preservación de especies animales en el Valle de Aburrá.

Entre los retos planteados para frenar esta extracción de animales de sus diferentes hábitat, en departamentos como Córdoba, Amazonas, Caquetá y Chocó, que es de donde proviene la mayoría de fauna silvestre, es fortalecer la capacidad y el presupuesto de las corporaciones regionales de estos lugares, que cuentan con recursos muy acotados para que se amplíen estos dineros y se pueda ejercer más control en los lugares de origen de las especies. 

Estos requerimientos ya se han realizado al Gobierno nacional a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, ya que esta sería, además, de la pedagogía, educación y el control de las autoridades de diferente orden, la forma correcta de atacar este flagelo.   ​