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El Comité Interinstitucional de Flora y Fauna de Antioquia (CIFFA) había dispuesto para Semana Santa un amplio dispositivo de control, inspección y concientización en los ejes viales y terminales de transporte, con el fin de reducir al mínimo el tráfico de especies y aumentar la entrega voluntaria de fauna silvestre en cautiverio, así como decomisar las plantas que, como la palma de cera, están prohibidas para su uso. Los resultados son muy satisfactorios, aunque los decomisos advierten que todavía falta conciencia ciudadana.

En 113 operativos realizados, con 35 puestos de control habilitados y 57 visitas a las terminales de transporte, el CIFFA logró la recuperación de 754 ejemplares, de los cuales 655 corresponden a animales silvestres y 99 a ramos elaborados con plantas cuyo uso está prohibido, entre ellas palmas de cera y táparo.

No se entiende por qué se sigue con esta práctica, sabiendo que entidades como el Área Metropolitana entregaron gratis más de 20 mil plántulas para ser usadas en la Semana Mayor y después ser plantadas en los jardines y parques de la ciudad.

Dentro de las especies de animales decomisados figuran guacamayas, pericos, cangrejos azules (provenientes del Urabá), ardillas y loros.

Cerca de 29 mil personas fueron sensibilizadas a través de las distintas campañas de educación ambiental que las corporaciones autónomas regionales adelantan en los sitios más críticos para el tráfico de fauna, las carreteras y las terminales de buses.

Llamó la atención de las autoridades nacionales el decomiso de 424 ranas venenosas en el Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá, con destino a Brasil y luego a Europa, donde un viajero colombiano pretendía venderlas a un ciudadano alemán, según las autoridades.