A partir del año en que se instituyó la Convención sobre los Humedales, se ha venido celebrando periódicamente cada 2 de febrero, el Día Mundial de los Humedales. Así, desde 1997, organismos de todo el mundo y grupos ciudadanos aprovechan esta fecha para concienciar al público general sobre la importancia de los humedales y los beneficios que aportan al territorio. 

Desde la Convención se ha venido aplicando una definición amplia de los humedales, que enmarca diversos tipos de ecosistemas de agua como lagos, ríos, acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas, bajos de marea, manglares y arrecifes coralinos.

Los humedales están entre los ecosistemas más diversos y productivos, ya que proporcionan servicios esenciales y suministran toda nuestra agua potable. Sin embargo, su degradación y conversión para otros usos es algo que aún sigue sucediendo. Es por esto que la Convención de Ramsar, nombre que tiene esta convención sobre los Humedales y su comité directivo, aboga mundialmente por la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones en diferentes niveles, gracias a la cooperación internacional.

De este modo, en el marco del Día Internacional de los Humedales, organismos oficiales, organizaciones ambientales y grupos ciudadanos de diversos tipos, dedican este día​ a realizar actividades enfocadas a aumentar la sensibilización del público en general, acerca del valor  de los humedales y su conservación. 

Dentro de los territorios en ruta de declaratoria de Área Protegida, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá trabaja en conjunto con las organizaciones ciudadanas, en la conservación de dos humedales de gran importancia para el ecosistema de nuestro territorio. El primero de ellos queda en el municipio de itagüí, al interior del Parque Ditaires. Allí se encuentra el humedal La Sardina con una extensión de un poco más de 12 hectáreas, y que está contiguo a las desembocaduras de las quebradas La Sardina y La Muñoz. Este humedal es hogar de 71 especies de aves, seis especies de mamíferos y dos especies de anfibios. Además cuenta con un inventario de flora que compendia alrededor de 170 especies de 146 géneros y 65 familias. 

En segundo lugar, contamos en Envigado con el humedal El Trianón que hace parte del Área Protegida Parque La Heliodora – Humedal El Trianón. Este lugar, al igual que el humedal La Sardina, es importante para el equilibrio del ecosistema y su composición rememora entornos existentes antes de la presencia del hombre. Los humedales generan diferentes servicios ecosistémicos en torno a cuerpos de agua  y cuentan con especies como el equisetum giganteum, planta rizomatoza que no ha modificado sus características desde la era de los dinosaurios. En este humedal también se cuenta con la presencia de especies de aves endémicas de este microclima, tales como la Pollita Negra y la Pollera gorgiblanca. Esta última se puede escuchar frecuentemente pero debido a su timidez, es muy difícil observar. 

Los humedales, si bien no son áreas de gran tamaño, son escenarios que desempeñan un papel esencial pues tienen la capacidad de albergar el 40% del carbono del planeta, lo cual favorece al intercambio de humedad con la atmósfera, ayudando a regular el microclima y mitigar el cambio climático. Igualmente, éstos albergan un alta diversidad biológica, brindando alimento y hábitat a gran variedad de especies de fauna y flora, las cuales encuentran las condiciones propicias para su desarrollo, además de representar puntos de parada para cientos de aves migratorias que visitan la región metropolitana.

Con la ruta de declaratoria del Parque Ditaires y el Parque La Heliodora – Humedal El Trianón, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá avanza en la protección y conservación de la biodiversidad de la región y le apuesta a mejorar progresivamente la calidad del aire en la región metropolitana.