En el año 2012 se puso en marcha un nuevo convenio interinstitucional entre el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y la Universidad de Antioquia, bajo el cual se desarrolla actualmente la fase IV del proyecto RedRío.

La operación de la red, en su componente de agua superficial, hace un seguimiento a la calidad y cantidad del agua a partir del monitoreo de 12 estaciones fijas sobre el río Aburrá-Medellín y 23 en quebradas afluentes que representan un interés particular por el impacto que pueden generar en el río. En RedRío, la calidad del agua se determina mediante el Índice de Calidad General en Corrientes Superficiales – ICACOSU, indicador que permite, de manera cualitativa, hacer un diagnóstico de la calidad del recurso hídrico.

Durante el segundo semestre de 2012, entre los meses de octubre y noviembre, se realizaron cuatro campañas de monitoreo de aguas superficiales, donde se presentaron niveles medios de caudal de agua en el río, debido a la temporada de lluvias registrada en esos meses. En la siguiente gráfica se muestra un consolidado que refleja la calidad del agua el río en este periodo de tiempo.

Como se observa en la gráfica, la cuenca del río Aburrá – Medellín presentó una calidad buena de sus aguas sólo en la cabecera, en donde se encuentra ubicada la estación San Miguel, lugar en el que nace del río. No obstante, el resultado obtenido está en el límite con la clasificación aceptable. Este deterioro se debe al vertimiento de las aguas residuales de las viviendas ubicadas en las márgenes del río en este sector, al lavado de vehículos sobre el cauce y a la extracción de material del cauce, entre otros.

El tramo más crítico de la cuenca se presenta entre las estaciones Aula Ambiental y Puente Gabino, donde los resultados reflejan una calidad del agua mala, aunque las condiciones más desfavorables se reflejaron en las estaciones Puente Machado, Niquía y Ancón Norte, cuyo resultado se encuentra muy cercano a una clasificación muy mala del agua. Esta situación refleja el impacto generado por los vertimientos directos de los municipios de Medellín, Bello y Copacabana que se presentan en esta zona, no sólo sobre el río sino también sobre sus quebradas afluentes como La García, El Hato, La Madera, entre otras.

Se espera que las condiciones del río mejoren con el Plan de Saneamiento y Manejo de Vertimientos que ejecuta Empresas Públicas de Medellín, y al cual el Área Metropolitana del Valle de Aburrá le realiza control y seguimiento.  Este Plan incluye la recolección, transporte y tratamiento de las aguas residuales generadas en la zona urbana del Valle de Aburrá, cuya obra principal será la planta de tratamiento de Bello.  Además, la Entidad realiza proyectos para la recuperación ambiental del río y sus quebradas, entre los cuales se destacan: construcción de alcantarillados no convencionales y del interceptor sur, limpieza y remoción de sedimentos, remoción escombros, obras de intervención para proteger el cauce del río y mejorar la conectividad metropolitana, aunado con los programas de participación ciudadana y educación ambiental.

Las mediciones que se realizan en RedRío hacen posible el seguimiento a los indicadores de calidad y a la gestión del Área Metropolitana como autoridad ambiental urbana, para el control de vertimientos de aguas residuales domésticas e industriales y la reducción de la contaminación en el río y quebradas afluentes.